miarroba
La Ciudad del Rey

Toda Su Gloria

Llena La Ciudad de Su Luz

A Él Toda La Gloria

Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos.

Salmo 19:1

La salvación, asimismo como todo lo que ocurre en la creación, es sólo para la gloria de Dios. Esta enseñanza  es en contraposición a cualquier otra doctrina que enseñe o permita que algún ser, aparte de Dios, pueda recibir la gloria.

No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,

Efesios 5:18

El propósito de la salvación que recibimos es glorificar a Dios; poner de manifiesto las excelencias o virtudes de su carácter.

Yo soy el Señor, ése es mi nombre; mi gloria a otro no daré, ni mi alabanza a imágenes talladas.

(Isaías 42:8 LBLA)

El celo del Señor por su verdadera gloria se expresará principalmente en el resplandor de Su luz por todo el mundo. El evangelio naturalmente nos lleva a declarar: ¡Soli Deo gloria! La gloria le pertenece exclusivamente a Dios, ya que Su Palabra es la máxima autoridad, Su salvación es solo por gracia por medio de la fe y Su redención en Cristo es la única manera de llegar al Padre. Por lo tanto, solo nos queda concluir: ¡la gloria debe ser exclusivamente para Dios!

Por eso, Dios lo engrandeció al máximo y le dio un nombre que está por encima de todos los nombres, para que ante el nombre de Jesús todos se arrodillen, tanto en el cielo como en la tierra y debajo de la tierra, y para que toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para que le den la gloria a Dios Padre.

Filipenses 2:9-11

La Reforma recuperó la enseñanza bíblica de la soberanía de Dios sobre todos los aspectos de la vida del creyente. Toda la vida deberá ser vivida para la gloria de Dios. Este gran y apasionado propósito fue enfatizado por quienes en los siglos XVI y XVII buscaban reformar a la iglesia de acuerdo a la Palabra de Dios; vieron que toda la vida debe ser vivida bajo el Señorío de Cristo.

Porque Dios, que dijo: «Resplandezca la luz en las tinieblas», hizo brillar su luz en nuestros corazones y nos ha hecho comprender que es el resplandor de su gloria lo que brilla en el rostro de Cristo.

2 Corintios 4:6

Cada actividad del cristiano ha de ser santificada para la gloria de Dios.

Como la Escritura dice,

Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.

(1 Corintios 10:31)

El amor de Dios debe impregnar nuestras vidas, de tal forma que todo lo que hagamos sea para Su gloria, para complacerle y honrarle. Este es el gran fin de toda verdadera creencia, y nos sirve de dirección cuando no hay reglas expresas.

Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

1 Pedro 4:11

¿Cómo es glorificado Dios cuando usamos nuestros talentos? Cuando consideramos seriamente que ninguno de ellos son para nuestra exclusiva complacencia, sino que los usamos como el Señor indica, para ayudar a los demás; ellos verán a Jesucristo en nosotros y lo alabarán por la ayuda que reciban.

No vi en la ciudad templo alguno, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo. La ciudad no necesita que el sol ni la luna la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera. Su luz iluminará a las naciones de la tierra y los gobernantes del mundo le llevarán sus gloriosas riquezas.

Apocalipsis 21:22-24

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A corremundos le gusta esto ï¿½ El 09/07/2023 a las 17:26

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