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La Vida Milagrosa de Jesús

La milagrosa vida de Jesús

Es Vida de Integridad

En Su Palabra


Desde el comienzo, la vida de Jesús estuvo acompañada de milagros. Nació de una virgen, convirtió agua en vino, caminó sobre el agua, calmó una tormenta. Multiplicó panes para alimentar a multitudes, dio la vista a ciegos, sanó a cojos y a leprosos. Él sanó todo tipo de enfermedades a toda clase de personas, echó fuera demonios y hasta devolvió vida a los muertos.

Estos milagros fueron tan sorprendentes que muchos se preguntaban:

Con todo, muchos de entre la multitud creyeron en él y decían: «Cuando venga el Cristo,

¿acaso va a hacer más señales que este hombre?».

Juan 7:31

Jesús respondió: —Ya se lo he dicho a ustedes y no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que me acreditan,

Juan 10:25

Jesús explicó que los milagros eran demostraciones de que él era el Hijo de Dios: 

Si no hago las obras de mi Padre, no me crean. Pero aunque no me crean a mí, si las hago, crean a mis obras, para que sepan y entiendan que el Padre está en mí y que yo estoy en el Padre.

Juan 10:37-38

Cuando los mensajeros de Juan el Bautista fueron a preguntarle a Jesús si él era realmente aquel que había de venir en cumplimiento de todas las profecías mesiánicas, notemos la respuesta de Jesús: 

Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en otros pueblos. Juan estaba en la cárcel y, al enterarse de lo que Cristo estaba haciendo, envió a sus discípulos a que le preguntaran: —¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro? Jesús respondió: —Vayan y cuéntenle a Juan lo que están oyendo y viendo: Los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen alguna enfermedad en su piel son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas noticias.

Mateo 11:1-5

Los milagros claramente demostraban quién era Jesús, tal como era su intención. Sanó a un paralítico diciéndole: 

Al ver la fe de ellos Jesús dijo al paralítico: —¡Hijo, tus pecados quedan perdonados!

Marcos 2:5

A los que estaban allí les dijo que había sanado al hombre

Pues, para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—:

Marcos 2:10

Sus detractores entendieron bien lo que eso significaba, pues dijeron: 

«¿Por qué habla este así? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?».

Marcos 2:7

Jesús quería que supieran que estaban tratando con alguien que estaba investido del poder del Espíritu de Dios, y que representaba el mismo Reino de Dios.

En otra ocasión dijo:


Pero si expulso a los demonios por medio del Espíritu de Dios, eso significa que el reino de Dios ha llegado a ustedes.

Mateo 12:28

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