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Puerta de Esperanza
El Modelo Perfecto
¿Pero cómo puede usted experimentar esto? ¿Cómo puede usted tener la plena seguridad de que, durante los periodos más duros y oscuros que enfrente en la vida, Dios estará a su lado en cada paso del camino?
Debemos comprender lo que Jesucristo hizo por nosotros y el camino de vida que trazó para que lo siguiéramos. Él experimentó los devastadores golpes de la brutalidad humana y salió triunfante, liberándolo a usted y a todos los seres humanos de la amenaza de la muerte eterna resultante del pecado (Juan 3:16). Cuando Jesús sufrió horribles azotes y una muerte tortuosa, ¿perdió acaso la esperanza? Lo hubiera hecho si se hubiese limitado a confiar en la esperanza humana.
Pero él tenía una esperanza de luz fuerte perfecta que rechazaba absolutamente la desesperanza y la derrota. Esto se debió a que puso su vida enteramente en las manos de su Padre Celestial, sabiendo que él siempre lo fortalecería.
Así que si Jesús nunca perdió la esperanza, ¿debería perderla usted? ¡De ninguna manera! Pero para ello debe acudir a Dios con humilde arrepentimiento y fe, bautizarse, recibir el don del Espíritu Santo y desarrollar una relación personal con Jesucristo, quien vive en nosotros por medio del Espíritu Santo como “nuestra esperanza” (Hechos 2:38; Gálatas 2:20; 1 Timoteo 1:1; Colosenses 1:27).
Si lo abruman las adversidades de la vida, recuerde que Cristo le ofrece su ejemplo de esperanza para vencer la desesperación (Hebreos 12:2-4). Además, él lo ayudará a afrontar con valentía esas pruebas y a encontrar un camino satisfactorio para superarlas (Salmos 46:1). Gracias a que Jesús venció, puede fortalecernos con la esperanza que siempre es victoriosa (Juan 14:27; 1 Pedro 1:3,1 Pedro 1:13).
Cuando nos aferramos a la misma esperanza de Cristo, es posible elevar nuestros pensamientos más allá de los problemas inmediatos para enfocarnos en el glorioso futuro en la familia de Dios (Romanos 5:2), tal como lo hizo nuestro Salvador cuando enfrentó el peor momento de su vida.
Cuando se sienta amenazado por nubes de desánimo, el ejemplo de Jesús y la asombrosa esperanza que mostró al liberar a la humanidad de la maldición del pecado pueden convertirse en su motivación para luchar por la recompensa de vida plena que Dios quiere darle (Tito 1:2). La gran esperanza de salvación (Lamentaciones 3:26) está asegurada si se aferra con fuerza a Jesucristo y a la promesa de Dios de no dejarlo ni abandonarlo jamás.
Un saludo ,buen inicio de semana .