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ORACIÓN FINAL
Querida Madre de Dios de Begoña:
Tú, que desde el no saber diste el paso de confiar en Dios, ayúdame a ponerme en sus manos y aceptar lo que me propone cada día.
Tú, que supiste dejarte mirar y transformar por Dios, ayúdame a sentir esa mirada en el fondo de mi corazón y a responder como lo hiciste tú.
Tú, que dejaste hacer a Dios según su palabra, ayúdame a estar disponible y abierta a tu Hijo para que, con su ayuda, pueda transformar el entorno hostil que me rodea.
Tú, que asumiste los riesgos del plan de Dios para ti, ayúdame a no tener miedo y a asumir los riesgos que ser cristiana tiene en nuestra sociedad
Tú, que supiste acoger a Dios en tu interior y llevarle a los demás, ayúdame a hacer lo mismo para que le encuentren los que le necesitan.
Tú, que eres la llena de gracia y la alegre en Dios, ayúdanos a llevar esa alegría a cuantos sufren sin esperanza.
Tú, que eres modelo de discípula de Jesús, ayúdame a ocupar el lugar que me corresponde en la Iglesia.
Madre de Dios de Begoña, cuida de todos tus hijos y ayúdanos a ser constructores de paz desde el respeto y el amor, como tu Hijo nos pide.
Begoña Orueta
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