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"¡Dispara, vámos!" Tuluna le apuraba y con razón pero Aedan lleno de inseguridad y desconfianza comenzó a dudar de las palabras de Tuluna "¿Por qué debería confiar en ti?" Le preguntaba Aedan mientras apuntaba a ella y no a la bestia "¡Hazlo por tu hermana!" Al momento de que dijera esa frase, Aedan disparó a la bestia pero le dio a una especie de piedra de color rojo que colgaba de su cuello, la bestia estaba apunto de caer encima de Aedan, pero Tuluna le salva.
La bestia resultó ser una humana, como si ese colgante fuera una especie de maldición, Aedan miraba a la chica que antes era un monstruo mientras que Tuluna intentaba despertar a Mairin que de nuevo vuela por el pasado entre sus sueños...