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Una bella joven de piel oscura y cabello largo. Sobrina y cómplice de Süleyman, debió huir del Imperio tras descubrirse la traición de su tío. En sus manos porta un arma llamada Convocador, un emisor de ondas de alta frecuencia que le permite pulverizar objetos sólidos o incluso detener solo con sus manos un impacto directo de La Gritona de Petros.
Llegó huyendo a Istvan, donde atentaría contra Esther y seguidamente la secuestraría. Pero tras ello, le confesaría que en realidad Emmanuele DAnunnzio mantenía secuestrados a sus sirvientes humanos, para forzarla a convertir a Esther en Mártir, comenzar la guerra y dar pie a su plan para derrocar al Papa.
Su personalidad difiere mucho de la actitud agresiva y maligna que muestra inicialmente. Bondadosa y amable, con una actitud cariñosa que raya en la inocencia, siente envidia de los humanos por el tipo de vida que llevan y la libertad para ir por el mundo, sola desde hace mucho, sus sirvientes se convirtieron en sus mejores amigos y comenzó a verlos como a su familia real.
Tras convencer a Esther de su inocencia, ambas traban una profunda amistad y comienzan una carrera para encontrar a Abel, escapar de los soldados de DAnunnzio y de Catherina, quienes inculpan a Esther como cómplice de Shara, irónicamente las protegió Isaak von Kämpfer.
Después de muchos peligros logran enfrentar a Emmanuele y descubrir que asesinó hace mucho a los sirvientes de Shara, al llegar los AX y la Inquisición queda en evidencia la culpabilidad de DAnunnzio. Sin embargo las graves heridas de Shara la llevan a fingir querer asesinar al Papa y suicidarse haciendo parecer que Esther la mató, de forma que toda sospecha de traición se alejara de la joven, quien decide que a partir de ese momento evitará la guerra entre humanos y Matusalenes