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Mis lágrimas caen,
Las luces se apagan,
Mis ojos temblorosos
Miran a mí alrededor
Y solo manchas puedo discernir
Cuando un río rojo
Salen de mí.
Los charcos de lágrimas
Me inundan, lagrimas de
Alguien que llora
Y mi respiración se cortaLa luz,
el sol iluminan allí un cuerpo
Que tirado sobre la cera
Ve llegar a su caballero negro
Mientras el joven que la amarra
Y la aprieta contra su cuerpo
Queriendo impedir la llegada
De aquel negro caballero
Que celoso de la vida en sus brazos
Me lleva, con cuidado
Y con dulzura mira a mis ojos,
Dándome el beso de despedida
Que abraza a mi cuerpo
Y segundos más tarde
Estoy muriendo
Adiós doncella querida
Que viviste tu vida
Y disfrutaste a pleno
El amor, los dulces y tus sueños.
Desde esta triste poesía
Te digo adiós "alma mía"...