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La flor de mi vida
Una noche me subí al tren de los sueños sumergidos en los mares de los dulces y frecos deseos. Llegué al callejón de los anhelos, con los bolsillos rotos de tristeza, rebentados por haber metido demasiada soledad en ellos. Pero encontré en una esquina una flor que crecía con el color de la esperanza, con el brillo de la ilusión que nace cada día con la primera gota de luz, con la primera lágrima del sol.
La flor del día de mi vida, la sonrisa más tierna deslizándose por mis labios, la mirada más mimosa con mis ojos perdidos en ti. Me cosiste los bolsillos de mis pensamientos, los agujeros de mis sueños, cosiste las piezas desperdigadas de mi alma a la tuya, me diste lo que nunca tuve y lo que toda la vida necesitaré, porque sin ti me falta todo.
Abrígame con tu piel en la oscura i fría noche de invierno, enciende el fuego que nos mantiene vivos con todos tus sentidos que yo lo alentaré para que no se apague jamás.
La flor de mi vida
Una noche me subí al tren de los sueños sumergidos en los mares de los dulces y frecos deseos. Llegué al callejón de los anhelos, con los bolsillos rotos de tristeza, rebentados por haber metido demasiada soledad en ellos. Pero encontré en una esquina una flor que crecía con el color de la esperanza, con el brillo de la ilusión que nace cada día con la primera gota de luz, con la primera lágrima del sol.
La flor del día de mi vida, la sonrisa más tierna deslizándose por mis labios, la mirada más mimosa con mis ojos perdidos en ti. Me cosiste los bolsillos de mis pensamientos, los agujeros de mis sueños, cosiste las piezas desperdigadas de mi alma a la tuya, me diste lo que nunca tuve y lo que toda la vida necesitaré, porque sin ti me falta todo.
Abrígame con tu piel en la oscura i fría noche de invierno, enciende el fuego que nos mantiene vivos con todos tus sentidos que yo lo alentaré para que no se apague jamás