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EN EL ÚNICO MUNDO
DONDE DANZAN LOS ESPECTROS,
EL LLANTO FLUYE AHOGANDO LOS PASOS.
UN ÁNGEL NOCTURNO DEAMBULA
PERDIDO EN LA NIEBLA
CON EL CORAZÓN PETRIFICADO DE DOLOR
BUSCANDO DÓNDE VERTER SU SANGRE
Y VACIAR LOS OSCUROS HUECOS DE SU CUERPO;
EL VIENTO ESPESO DE LA NOCHE
PERFILA ESA SOMBRA AFILADA
SOBRE LA TIERRA HÚMEDA
DONDE MARCA SUS PASOS
TENUES, DELICADOS.
EL SOBREALIENTO LE PERMITE
SOBREVIVIR UN INFIERNO CONGELADO
DONDE LA SOLEDAD
ES DESÉRTICA E INEVITABLE.
EN LA INSANIA DEL INFRAMUNDO
CULMINA EN UNA LENTA AGONÍA
COMO LA DE UN FRÁGIL MORTAL
DESLIZANDO UNA SUTIL CARICIA
BAÑADA DE DOLOR
SOBRE EL CUERPO DESNUDO
Y HARTO DE SÍ.