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Para descubrir una Venecia insólita basta con acercarse al embarcadero de la Fondamenta Nuova y subirse a uno de los 'vaporetti' (el 12 o el 14) que se dirigen hacia las islas del norte de la laguna. Tras detenerse en las coloridas Murano y Burano (en la foto), famosas por su cristales y encajes, el barco pondrá proa a la melancólica, fantasmal, Torcello, donde los magníficos mosaicos bizantinos de la Chiesa di Santa Maria Assunta (del siglo XI) hablan del antiguo esplendor de este islote que fue el primer y más poblado asentamiento veneciano.
(ISTOCK)