var isMobileBrowser=false;
Hasta aquí llega mi relato por entregas de las vacaciones. Es el fin, mi amigo. No hay bien que siempre dure como no hay mal que nunca se acabe, esto se veía venir y no por ello resulta menos doloroso. No hay consuelo posible para el turista en el viaje de regreso. Guardemos silencio, por tanto.
26/07/2016