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Son ellos o yo, son ellos o mi dignidad, y no tendré compasión. La bola se desliza siguiendo una trayectoria curvilínea hasta caer en el raíl, perdiéndose en el fondo de la lanzadera sin ni siquiera rozar ni uno de esos malditos bolos, impasibles, como riéndose de mí, malditos.
10/09/2016
Un gran abrazo amigo.
Me encanta la foto...
¡¡¡Muchas gracias!!!. No está muy tratada, más bien "ajustada"