Se ha ido sin avisar y cuando estaba en la cresta de la ola. Muchos hallarán en esas dos circunstancias la justificación para compararla con una Janis Joplin, pongamos por caso, pero yo veo en su figura un cruce entre Isabel Pantoja y el Torete, héroe del mundo quinqui que hoy homenajean en La 2. ¿Casualidad?, estas cosas pasan. Como el Torete, hacia el paripé con dos jurdeles, dos talfis, ya ves, y todo iba bien hasta que algún chota se lo soltó a la pasma. Es un personaje pantojiano en cuanto que fue racial, folklórica, imán de masas enfervorecidas, o la odias o la amas o una cosa primero y otra después. De hecho, ahora saldrán compañeros suyos pidiendo su beatificación tan pronto abran las oficinas del Vaticano y que ayer mismo le negaban el saludo, ¿verdad qué si, “Margui”?. Su vida da para letra de copla de Quintero, León y Quiroga pero por el momento nos conformaremos con los memes. El Congreso le dedica a ella un minuto de silencio y de la anciana ahogada en el humo de su vela nadie se acuerda. No se ponen de acuerdo ni para ver quien paga el entierro de la pobre, si la Generalitat o Iberdrola. Nadie quiere cargar con el muerto, maldita metáfora cuando deja de serlo. España.
23/11/2016
