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Crecer, inexorablemente. Cada muesca en el tablero de medidas señala el paso firme hacía la grandeza, alcanzando a quienes me superan en edad pero permanecen estáticos en su tamaño, incluso alguno comienza a menguar. Papá se burla de mamá: le dice que tendrá que mirar hacia arriba para echarme regañinas y que ese día está cada día más cerca. Mamá no tiene claro si debe alegrarse o entristecerse. Crezco, es el tiempo de los míos. Ha llegado nuestra hora.
08/06/2016