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Eduardo, Eduardito en sus años mozos según recuerda Suso de Toro, gustaba de jugar al tenis por lo que tenía de deporte de señorito allá en los locos años veinte. Ahora me observa con envidia como reparto un golpe del revés, le pueden las ganas, quiere bajarse del pedestal y devolverme el punto pero desde su condición de estatua sólo puede aspirar a mantener el gesto serio y que una paloma no le adorne su chaqueta de metal.
29/04/2016
Un abrazo grande amigo.