var isMobileBrowser=false;
Somos dos desconocidos en el mismo lado de la mesa, compartiendo tiempo y espacio pero viviendo en dos planetas diferentes, tan distantes entre sí como el recuerdo de lo que en su día pudimos llamar “amor” sin miedo a ruborizarnos. No busco culpables, no es eso, te confieso que ya no me quedan fuerzas para seguir jugando a hacernos daño: si aún estamos a tiempo deberíamos procurar acabar “esto” con dignidad, dejar de engañarnos a nosotros mismos y al menos aspirar a un bonito recuerdo en el mañana. Al menos se lo debemos a lo que un día fuimos.
Víctor, todo es tan sencillo como que dejes de jugar al móvil y me hagas caso, que soy tu madre
Lo sabía, sigues sin entender nada. Es muy fácil echarle las culpas al Clash Royale
07/05/2016