Y en esto, que de tanto oírlo, acabas imaginándote como un cofre lleno de joyas y monedas de oro enterrado en una isla secreta, y ves tu rostro como un mapa lleno de enigmas por descubrir si quieres alcanza la riqueza. “Bajo la palmera, camina diez pasos de grumete al este,…”. El pirata de pata de palo y parche en el ojo sacrificado en una tremenda batalla, la más grande que los siglos hayan podido admirar, sigue sibilino tus pasos. “Ron, ron, ron, una botella de ron,…”. Todo esto fue cuando la aventura era algo serio y no esa ridiculez de cazar Pokemons.

28/08/2016