Si hoy fuera martes esto sería Bélgica (nadie se acuerda ya de Suzanne Pleshette) pero como es domingo toca pulpo, palillo y señorío, virtud teologal cuyo origen se remonta a la Edad Media por lo menos, vaya usted a saber, porque estas cosas de la pureza del alma han estado ahí siempre presentes. Afirmo yo que hasta en una cueva del Paleolítico podía uno ejercer de señor contemplando cómo el precedente de artista pintarrajeaba escenas de caza, siempre y cuando la galanura no se viera salpicada por la barbarie imperante en aquellos tiempos donde el gruñido ni siquiera anticipaba la palabra. Hablando de señorío. Muchos opinan que la edad es requisito imprescindible para ejercer tan noble arte del espíritu humano. Se equivocan quienes así piensan. El señorío viene antes definido por los cuatro puntos cardinales: la cuna, la vocación, el destino y la naturaleza, porque sepan ustedes, no les quepa la menor duda, que el señor nace y después se hace. Yo soy un claro ejemplo. Con mis ocho años recién estrenados como quien dice paseo prestancia por bares y tascas comiendo pulpo con donaire. Lo del vaso de leche en la foto es consecuencia del respeto a una orden dada porque un caballero no discute con la autoridad, y más aún si es tu madre. Es domingo, ya digo, día de misa y ocio. Misa por lo que toca de señor y ocio por la parte de truhán. Amo la vida y el amor, confieso que a veces soy cuerdo y a veces loco, he aquí el fotolog como testimonio de tal contradicción. Me gustan las mujeres, me gusta el Cola Cao, y si tengo que olvidarlas, bebo y asunto olvidao. Y es que en cuestiones de señorío, Julio Iglesias está en los altares.
13/03/2016
