Beppo

Iba paseando por uno de los puentes de Paris, cuando pasó por su lado corriendo, y parecía que también llorando, era ella, su amor, su vida, la razón de su existencia, de todo. Tardo unos segundos en reaccionar, los suficientes para que ella adelantara un largo trecho y girara en una esquina. Por un momento pensó que se había equivocado, que sus deseos de verla volvían a engañarlo, y aminoro el ritmo, pero luego, pensó, “y si es ella realmente ¿qué?”.En pocos segundos, Beppo ya había recorrido gran parte de todo el camino que ella ya había hecho, Abbie estaba atravesando un paso de peatones, con un poco menos de velocidad, debido al paron para esperar el muñeco verde del semáforo. Fue entonces, cuando, aprovechó para alcanzarla.
-¿Abbie?¿Qué haces aquí?
Beppo pudo apreciar el terror de Abbie en su cara. Quizás le había dado un tirón demasiado fuerte.
-¿Beppo?¿qué haces aquí?
Siempre reaccionaban ante todo igual. Dos segundos mas tarde, estaban ambos abrazados, sintiendo el cuerpo arder del otro. Hacia mucho que no se tocaban, que no se sentían, que no se amaban. Hacia mucho, pero solo para ellos, realmente solo habían pasado unos meses, unos meses lentos, muy lentos. Y ahora, estaban ambos en Paris, abrazados, olvidando al resto del mundo, en esa ciudad donde hacia un año, estuvieron juntos, de viaje, donde fueron mas felices que nunca.