Des de aquel día que Moka me pateó que no he dejado de pensar en ella. Aunque pueda parecer raro he empezado a sentir una extraña atracción hacia Moka. Espero que no me lo note.
Hoy he decidido dejar un poco de lado a Tsukune y he jugado con Moka. He creado una nieve blanca que combinaba de maravilla con el pelo rosado de Moka… parecía un helado de fresa. He deseado comérmela. Hubiera deseado que este instante durase para siempre, aunque en este mismo momento me ha venido a la mente la imagen de la otra Moka y he cambiado de opinión. Desde luego, la nata no me gusta.
Más tarde, vinieron unos profes a armar bulla y tuve que parar. Que aburrimiento, yo quería congelar a Moka un poco más, ver su tierna piel contraerse progresivamente...
~La Yuki Onna~
