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Amanece el jueves 7 de Septiembre y estamos atracados en el puerto de Stavanger. Los más intrépidos y deportistas de entre los pasajeros madrugan para iniciar a las 7,45 de la mañana la subida a pie hasta el mítico Preikestolen (El Púlpito), un mirador natural que tallaron los glaciares, un balcón casi imposible con una caída en cortado de 604 metros sobre el fiordo de Lyse.
Pero la mañana se ha presentado fresca y con lluvia intermitente, por lo que una mayoría optamos por la excursión en barco por el Lysefjord, que se adentra en este fiordo de 42 kilómetros entre paredes verticales y bellísimos paisajes, llegando hasta la base de El Púlpito, que veremos entre brumas y en el que se pueden adivinar a simple vista algunas personas que, de forma un tanto temeraria, se asoman al cortado buscando la impresionante sensación de la altura panorámica. Más adelante se encuentra el monte Kjerag, meta, igualmente, de resistentes senderistas.
Debido a lo encrespado del terreno el fiordo está escasamente habitado en sus orillas y quienes residen en él, solo pueden comunicarse por barco con Stavanger. Según la información de que disponemos al final del fiordo hay dos centrales hidroeléctricas que aprovechan las caídas del agua de entre 600 y 900 metros para producir electricidad.
Regresamos a Stavanger para comer en el barco. Antes de marchar visitaremos la ciudad, pero eso lo trataremos en nuestra siguiente actualización.
Imagen propia: El Púlpito visto desde el Fiordo de Lyse.
Hola!
Tiene que ser muy impresionante subir hasta allí y contemplar es altura y ese paisaje, muy bonito seguro. Y seguro que estuvo de maravilla el paseo en barco por el fiordo, que viaje tan bonito!
Saludos.
Impresionante tambien ...
Increible la foto, es espectacular ...
Un abrazo grande .
Hola!
Vaya, me gusta mucho la idea que tuviste de hacer un diario titulado Espejos donde reflejabas la vida de los que te rodeaban, siempre he creído muy importante el plasmar nuestras vivencias y pensamientos en algún lugar. Y no, no es fácil encontrar a alguien que nos sirva de espejo de nosotros mismos.
Saludos.
Madre mía , qué impresión la de asomarse allí... a ese mirador llamado el púlpito... pero fíjate, no se si es mas apabullante la vista desde arriba que desde abajo. No sabría decir.
Pasa una muy feliz velada.
Visto desde abajo impresiona, así que no me quiero imaginar lo que debe ser desde arriba. Mi vértigo no me permitiría asomarme mucho, la verdad.
Pero bello es desde luego, eso no se pone en duda.
maravillas10Ayer a las 21:10
Joaki-007Ayer a las 18:59
AMeigaAyer a las 18:40
larocukyAyer a las 18:21
angela.69Ayer a las 12:20