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La asertividad es una forma de comunicación que consiste en defender tus derechos, expresar tus opiniones y realizar sugerencias de forma honesta, sin caer en la agresividad o la pasividad, respetando a los demás pero sobretodo respetando tus propias necesidades.Y aunque en teoría parezca sencillo, en la práctica no lo es tanto.Por fortuna la asertividad es un comportamiento que se puede aprender y mejorar. Se trata de una forma consciente de comunicar tus sentimientos sin dejarte llevar por las emociones. Ser asertivo sirve para exponer a los demás cuáles son tus verdades deseos y necesidades, y para demostrar dignidad, autoconfianza y respeto por ti mismo.A muchos nos educaron en la idea de que siempre debíamos intentar satisfacer y priorizar a los demás, que no era correcto anteponer nuestras propias necesidades por encima de las de los otros, y que cuando alguien decía algo que no nos gustaba debíamos callar. Esto nos ha pasado a todos: Estás haciendo cola para subir al autobús y alguien se te cuela. Te enfadas pero no te atreves a decirle nada. Un amigo te pregunta si puedes ir a recogerlo al aeropuerto. A pesar de que te va fatal porque tienes mucho trabajo, le dices que sí. No quieres que se enfade contigo. En cualquiera de estos casos deberías haber dicho lo que pensabas pero no lo hiciste.
(Pau Forner)
NO sé vosotros pero yo últimamente escucho mucho la palabra "asertividad" y el consejo que se nos ofrece invitándonos a ser asertivos. Como lo que sí tengo claro es que soy curiosa busqué qué es lo que quería decir exactamente esto. Viene a ser poseer una habilidad que permite a las personas expresar de manera adecuada, sin hostilidad ni agresividad, sus emociones frente a otra persona. Pero no es lo mismo, aunque pueda confundirse, que la empatía que es la capacidad para ponerse en el lugar del otro y saber lo que siente o incluso lo que puede estar pensando. Ser asertivo es defender tus ideas con respeto hacia los demás, algo que no es tan frecuente en nuestros días. No sabemos hacerlo.
No se trata de ser agresivo pero tampoco pasivo, es decir callarse con todo para evitar malos rollos y controversia. Ni lo uno ni lo otro. Creo que todos nosotros en más de una ocasión hemos pecado de falta de asertividad con tal de evitar problemas y nos hemos callado en aquella cena o en aquella celebración cuando nos hemos sentido agredidos verbalmente, no hemos dicho nada y menos nos hemos levantado de la mesa como debería haber ocurrido para no dar la nota aunque haya sido otro el que la ha dado antes.
Seríamos asertivos si le dijéramos al propietario de la bici que no se puede dejar allí y que además está contraindicado con la flecha donde se apoya. Pero eso sí, con educación y respeto. Primero habría que encontrar al tipo, claro está.
Besos.
¿Usas perfume todos los días? Esto puede tener un significado. Utilizar una fragancia de forma asidua tiene una explicación y se debe a la forma en que reaccionamos a ciertos olores. Tener como hábito acudir a estos aromas todos los días tiene una relación con las emociones, recuerdos o sentidos. Usar perfume todos los días tiene una explicación y la psicología también deja claro que, según los aromas que elijas, tendrá una relación con el estado de ánimo o el control de las emociones. Tener como hábito usar tu fragancia favorita durante todos los días también tiene una cierta relación con el apartado que dejamos para los recuerdos dentro de nuestro cerebro. Muchos expertos en este campo han dictado sentencia en los últimos tiempos sobre esta tendencia.Por ello, más que una fragancia, el uso del perfume tiene que ver con un estado emocional que puede reflejar el estado de ánimo de la persona que lo utiliza. Así que en la utilización del perfume diario hay ciencia detrás. Por ejemplo, en boca de los expertos, utilizar siempre el mismo perfume expresa que estamos en una situación cómoda, de confort. Por ello recomiendan ir variando de fragancia cada cierto tiempo. Probar diferentes opciones puede renovar la opinión que tiene la gente de la persona que lo utiliza y además generar una mayor flexibilidad mental y emocional. Dicho de manera más sencilla: cambiar de perfumes evitará en cierta medida caer en la rutina.
(Pedro Antolinos)
Siendo sincera debo decir que soy una apasionada de los perfumes y que jamás salgo de casa, aunque solo sea para hacer un recado cerca, sin haberme perfumado. Todos tenemos un pertume preferido que hemos hecho nuestro y que forma parte de nuestra personalidad y nuestro estilo, del mismo modo que todos tenemos un aroma natural propio. Esto hace que muchos detractores de los perfumes consideren que es una forma de camuflar e incluso eliminar el olor de cada uno.
Hay perfumes de todo tipo, de todas las fragancias, ya sean florales o cítricas o más fuertes como esencias que nos hacen pensar en oriente. Y no siempre el más concentrado o más caro es el que puede gozar de nuestra elección. Yo me inclino por los cítricos que huelen a fresco y a limpito, en cualquier época del año y hay uno al que soy casi siempre fiel de hace años,lo cual no impide que haga lo que se aconseja en el texto, cambiar de vez en cuando, normalmente con alguno que me regalan. Eso es bueno no solo por la idea de salir de la zona de confort y evitar así la rutina, sino porque a fuerza de llevarlo siempre llega un momento que ya no se percibe el olor por parte de quien lo usa. No por parte de los demás que llegan a adivinar si estás en un despacho o has pasado por un corredor si reconocen tu perfume. Bien lo decía Giorgio Armani: 'una fragancia bien escogida puede ser una característica distintiva'. Y es que estas no sólo tienen el poder de transformar nuestra actitud, también de impactar en la forma en la que nos ve mundo. Aroma floral el que despide la foto.
Besos.
El pavonearse a menudo se refiere a un atuendo o comportamiento llamativo empleado por un hombre en un intento de impresionar a una mujer. Esto se deriva del ave pavo real, que utiliza plumas extravagantes para llamar la atención de las hembras en el área. La teoría dice que al llamar la atención sobre uno mismo, se vuelve más fácil atraer y seducir a las mujeres. A menudo, la confianza se atribuye a quienes se involucran en este comportamiento, ya que parecen no tener miedo de cómo pueden ser percibidos por los demás; y se entiende que la confianza es un rasgo común que las mujeres encuentran atractivo en los hombres.
Si no se toma el cuidado, el pavonearse puede resultar ridículo y disuadir a las mujeres. Se debe tener cuidado para no hacer este comportamiento demasiado extremo. Usar ropa y joyas que llamen la atención y demuestren su estado sin parecer absurdo es muy efectivo. El pavo real a menudo inicia una conversación, lo que hace que el proceso de recoger a las mujeres sea mucho más sencillo; Sin embargo, es mejor seguir con lo que sabes. El objetivo es una apariencia sin esfuerzo que inspire confianza y conversación sin dar la apariencia de que te estás esforzando demasiado.
(Glosario de citas)
En mi opinión ya no hay tantos hombres por ahí que se dediquen a pavonerase ante las mujeres para lograr su atención y seducirlas. Ni tampoco tantas mujeres que se dejen seducir por este tipo de hombres. Una cosa es tener confianza en uno mismo e intentar por todos medios resultar atractivo y otra caer en el ridículo y espantar a las féminas. Pero también existe la posibilidad de que el macho no se pavonee delante de ellas sino de sus amigos para presumir de sus hazañas, vamos, de esos que comen una y cuentan veinte como el pavo real que es un ave polígama y territorial.
No sé lo que opinaréis los chicos que pasáis por aquí, pero a mi me parece que lo que más interesa a una mujer es un hombre que no necesite pavonearse y que sea capaz de seducir con la inteligencia, la educación y el sentido del humor y sobre todo con una buena conversación y desde luego que no vaya por ahí intentando llamar la atención con lo superficial como hace el pavo real con unas plumas de colores.
La foto principal me la mandó mi hermana desde una hacienda de Tenerife donde hay estas aves en libertad y entre los clientes del restaurante, la otra es de internet, el pavo en todo su esplendor y hay que reconocer que no puede ser más vistoso y llamativo.
Besos.
Hubo un tiempo en el que no había domingo por la mañana en el que un habilidoso vecino rompiera el silencio del vecindario usando su taladro para colgar cuadros o dando golpes con saña con la intención de repararlo. Por suerte o por desgracia (suponemos que más lo primero) esa escena está en vías de extinción porque la generación Z no distingue un destornillador de una llave inglesa. Los jóvenes de entre 18 y 27 años –edad en la que se encuentra actualmente la generación Z—no se veían capacitados para realizar pequeñas tareas de bricolaje básicas como cambiar la bombilla de una lámpara en el techo o inflar un neumático.
Estos jóvenes estarían dispuestos a pagar a un profesional o a alguien capacitado para que realice estas tareas sencillas, lo cual podría suponer una inversión anual de unos 1.500 euros, aunque un 22% reconoce acudir a los padres cuando surgen este tipo de incidencias para que ellos lo hagan. Casi un 25% asegura que la bombilla está demasiado caliente para cambiarla, mientras que uno de cada cinco jóvenes de la generación Z considera que es demasiado peligroso subirse a una escalera para cambiar la bombilla. Esto significa que los padres dejaron de enseñar a sus hijos, por lo que surgió una generación que prefiere optar por la ayuda profesional. Es inevitable que otras generaciones miren con asombro la ausencia de habilidades de esta generación, que dispone de una fuente infinita de conocimiento a solo un clic de distancia. Sin embargo a esta generación no se le puede acusar de no tener habilidades en algo a lo que todavía no ha tenido acceso.
(Rubén Andrés)
Leo con incredulidad esta noticia que parece estar basada en una encuesta. Hay que reconocer que hay personas más capaces que otras para realizar tareas de bricolaje, pero, vamos, cambiar una bombilla porque está caliente o que les dé miedo subirse a una escalera tiene delito. Porque no se está hablando de personas mayores que quizá se sientan ya inseguras de estas tareas, es que se están refiriendo a los jóvenes de la famosa Generación Z. Si no encuentran quien se lo pueda hacer están dispuestos a pagar a un "manitas" profesional para esto, lo más básico de una casa, ya que no hablamos de trabajos de fontanería o de electicistas.
Me pregunto de quién es la culpa de que exista esta generación tan miedica y de inútiles. Evidentemente por un lado los padres, y por otro, el que no puedan acceder a una vivienda independiente hasta bastante mayores. Mientras estén con sus padres, tienen quien se ocupe de todo. Quizá es la conclusión final: no tienen habilidades en algo a lo que todavía no han tenido acceso.
Podríamos preguntarle a estos estudiantes que se pasean por el claustro del edificio histórico de la Universidad. La foto es de un periódico local.
Besos.
Cuando era niño, uno de los juegos que solía compartir con mi padre era mirar a las personas por la calle. Mi progenitor, un hombre muy inteligente que, como casi toda su generación, no pudo estudiar por causas económicas, quería transmitirme lo que había aprendido durante años, enseñarme las emociones y el estado de ánimo de las personas por sus caras y su conducta corporal, algo que él había tenido que utilizar en su trabajo. Sin embargo, lo que más me llamaba la atención a esa edad cuando miraba a otraspersonas era lo eprisa que iban Yo se lo contaba a mi padre y, asombrosamente para mí, él no era consciente, no se daba cuenta. Con cuarenta años, tras fallecer mi padre, volví a recordar este juego como homenaje hacia él.
Y, entonces, descubrí que ya no me parecía que la gente iba corriendo, como cuando era niño. Al preguntarme "¿Por qué?" Descubrí la cruda realidad: porque yo iba a la misma velocidad que ellos, como casi todos los adultos de nuestra sociedad actual. Por eso no podía darme cuenta. La sociedad nos quita lo único importante que tenemos los seres humanos: el tiempo. Muchos pueblos no occidentalizados y que llamamos subdesarrollados, mucho más sabios que nosotros, dicen que nosotros tenemos los relojes que miden el tiempo, pero que ellos tienen lo más importante, el tiempo. Nos hemos convertido en una sociedad paupérrima. Nos han robado lo más valioso que tenemos, por no decir lo único: el tiempo. Y, lo que es peor, ni siquiera nos hemos dado cuenta.
(García Campayo)
El ver a la gente deprisa y corriendo de un sitio para otro, sobre todo en las grandes ciudades, tenemos la sensación de que están llevando a cabo una lucha contra el tiempo. Con miedo a llegar siempre tarde, como ese conejo de "Alicia en el país de las Maravillas". Y es algo que se acentúa con la edad y esa sensación que se tienen de niño de por qué todos corren se acaba asumiendo. Quizá más adelante, se empiece a ver la cosa de otra manera mientras nos damos cuenta de que no somos nosotros sino la vida y el tiempo que pasan como una exhalación. Está muy bien esa reflexión que se hace sobre los relojes que marcan un tiempo que se nos escapa y el tiempo que es lo más importante y que no nos damos cuenta de lo valioso que es hasta , en algunos casos, cuando ya sí que es tarde. Dicen que la prisa y la obsesión por el tiempo es el mejor modo de perderlo, porque la ansiedad que genera la prisa nos impide concentrarnos y ser felices.
Me quedo con esta frase de un filósofo que me gustó mucho: "El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan, demasiado rápido para aquellos que temen, demasiado largo para aquellos que lamentan, demasiado corto para aquellos que celebran. Pero para quienes aman, el tiempo es eterno". El tiempo como todo en esta vida es relativo. Nada mejor para medir el tiempo que este precioso reloj del Museo de Orsay de Paris.
Besos.
Joaki-007Hace una hora
eliocroca2Ayer a las 21:58
AMeigaAyer a las 00:17
corremundos24/01/2025
angela.6924/01/2025