Lieja (y 2)

En nuestra parada en Lieja, algunos compañeros optaron por visitar la estatua de Carlomagno y otros nos quedamos en el entorno del Ayuntamiento, donde el autobús nos había dejado y regresaría a recogernos.

Y es que aunque el lugar de nacimiento de Carlomagno es incierto, para los liejenses es claro que nació aquí. Y para afirmar esa identidad, se erigió esta estatua, obra del escultor belga Louis Jehott, inaugurada en 1867 en la Plaza de la Catedral. Carlomagno aparece montado en un poderoso corcel, según vemos en la foto que nos compartieron nuestros compañeros, y en el pedestal, aparecen las figuras de ocho de sus nobles antepasados.

Por nuestra parte recorremos pausadamente la Place du Merché y nos detenemos en su extremo, ante la Fuente de la Tradición, anteriormente conocida como Fuente de los zapateros, que representa el legado artesanal de la región, sus tradiciones y su folclore. Está adornada con esculturas que representan personajes típicos de Lieja, como las marionetas Tchantchès (personaje clásico de los títeres liejenses) y los panaderos.

Nos adentramos hacia Cour des Mineurs, donde encontramos la iglesia de Saint-Antoine, barroca del siglo XIII, levantada por los frailes de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos como parte de un antiguo convento. Se encuentra cerrada por obras de restauración. Un poquito más allá vemos unos sólidos muros, probablemente pertenecientes a una muralla de principios del siglo XIII.
Desde el lado opuesto de Place du Merché, nos dirgimos ahora hacia la Place de l'Opéra, donde vemos la estatua del músico liejense André Grétry (1741-1813), conocido principalmente por sus opéras-comiques. La estatua es obra de Guillaume Geefs.

Pero,naturalmente lo que destaca en esta plaza es La Ópera Real de Valonia es una joya arquitectónica del siglo XIX. Inaugurada en 1820, el edificio es un espléndido ejemplo del estilo neoclásico, caracterizado por su simetría, columnas y un frontón triangular que recuerda a los templos griegos. La fachada está adornada con columnas corintias y estatuas que personifican las artes, lo que subraya la importancia cultural del teatro.

Nuestra corta estancia en Lieja no da para más. Podríamos decir que nos queda Lieja como visita pendiente, pues no hemos visto lugares tan imprescindibles, según las guías de turismo, como la Catedral de San Pablo, obra maestra del gótico flamígero, La Iglesia de San Bartolomé del siglo XI, ejemplo exquisito de arquitectura románica, la Montagne de Bueren, uno de los monumentos más icónicos de Lieja, con sus 374 escalones o alguno de sus importantes museos.

Dejamos Bélgica y nos dirigimos a Luxemburgo.

Estatua a Carlomagno. Pz de la Catedral de Lieja.

Fuente de la Tradición

Iglesia de San Antonio.

Muro en Cour des Mineurs

Ópera Real de Valonia