Ofrenda de la Onza de Oro

Imagen: Talla de Francisco García Roldán. Santo y Real Hospital de Caridad. Cartagena.

A finales del siglo XVII era habitual que los cadáveres de los forzados de Galeras que fallecían en Cartagena fuesen abandonados en el paraje de la ermita de la Guia, con la idea de que manos caritativas les diesen sepultura.

Ante ello Francisco García Roldan, soldado de la galera San Miguel, andaluz de Rute, comenzó a pedir limosna para darles cristiana sepultura. Otros compañeros de armas se unen a su humanitaria labor y en 1693 alquilan una casa en el llamado arrabal de San Roque, donde instalan camas para dar alojamiento y socorro a los enfermos pobres que allí se conducen. De esta forma nació el Santo y Real Hospital de Caridad, siendo aprobado el reglamento de constitución en 1701.

La guerra de Sucesión lleva a Roldán a Tortosa, desde donde partió con su galera, hacia tierras americanas, donde el tiempo y la muerte borran sus huellas.

En 1762 el Concejo de la ciudad, acuerda colaborar con el Santo y Real Hospital de Caridad, aportando anualmente una Onza de Oro. Se cumplen ahora 250 años y desde entonces tal día como hoy (Viernes de Dolores-fiesta Patronal) el Ayuntamiento cumple su acuerdo acudiendo bajo mazas a la Basílica de la Caridad y entregando al Obispo de Cartagena "la onza de oro" transmutada en un cheque con una aportación económica destinada a la asistencia hospitalaria de beneficencia a los enfermos pobres.

El viernes anterior al Domingo de Ramos, es fiesta local en Cartagena, coincidiendo con la antigua liturgia del Viernes de Dolores.