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Desde siempre ha despertado mi curiosidad ese adjetivo de “maldito” adherido a determinados poetas. ¿Porqué malditos? ¿Por ser locos visionarios de un mundo incomprensible? ¿Por ser políticamente incorrectos? ¿Por su maravillosa esquizofrenia poética?. Aunque técnicamente se conoce como poetas malditos a Charles Baudelaire y otros poetas representantes del simbolismo francés de finales del XIX, entre los que cabe destacar a Arthur Rimbaud, lo cierto es que el término se amplió a cuantos poetas transgredían con su vida o con su obra los supuestos establecidos. Así, por ejemplo, el norteamericano Edgar Allan Poe, el británico Ernest Dowson, el uruguayo Horacio Quiroga, el argentino Miguel Angel Bustos o el español José Bergamín.
Poetas malditos son aquellos de quienes más de uno pudo pensar, ¡malditos poetas!
Quiero ser poeta maldito
para gritar al mundo las
verdades
y mostrar en su pura desnudez
tantas atrocidades
Quiero ser arena en el zapato
del rey, del ministro y del
alcalde
agitar sus poltronas y mostrarles
auténticas realidades
Quiero ser trovador de lo inaudito
avanzando hacia el sueño
inalcanzable
de un mundo justiciero, pacífico
(des)equilibrado y habitable
Quiero ver con los ojos del niño
de la mujer, del loco, del
maltratado
hacer brotar las fuentes de los ríos
y crecer las flores del sembrado
Quiero ser poeta maldito
esquizofrénico visionario de
palabras
mutante del orden prescrito
autor de sangre, dolor y esperanza
Imagen: Lienzo de Felicien Rops, pintor belga asociado al simbolismo literario.
Poema de mi autoría.
Texto: 4 de 5
buenas tardes mi querido Fernan, muy interesante lo que hoy nos dejas de éste poeta maldito, te deseo un feliz finde, con el cariño de siempre, agradeciéndote tus visitas y comentarios en mi humilde casita.
FELIZ DOMINGO, BESOS
angela.69Hoy a las 10:59
maravillas10Hoy a las 09:35
MeteocukyAyer a las 16:58
brebis227417/05/2024
16/05/2024