Dos hechos de signo contrario marcan en estos días la actualidad internacional: el acuerdo de paz entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC y la sangrienta escalada de la guerra en Siria.
En principio son dos cuestiones sin conexión alguna, sin embargo en ambos casos hablamos de conflictos con marcados intereses internacionales que se desarrollan sobre un territorio nacional concreto.
En Colombia el problema hunde sus raices en la violencia partidista, la desigualdad social y el conflicto por la propiedad de la tierra. Pero todo ello se complicó con el narcotráfico. Y aquí aparece la doble moral de EEUU, cuyo consumo interior sigue aumentando, con lo cual potencia los cárteles de la droga que actúan desde el exterior. La teórica lucha contra el narcotráfico abanderada por EEUU es en realidad una farsa, un elemento de influencia, con grandes movimientos de capital, sobre toda el área de América Latina. Como ha señalado recientemente Alberto Furmanski, embajador de Colombia en España, “En la lucha contra el narcotráfico, Colombia ha puesto los muertos”. Se calculan 220.000 muertos en estas décadas de violencia.
En Siria se entrecruzan la lucha por el poder, el enfrentamiento entre suníes y chiíes e intereses geoestratégicos de los países de la región y sobre todo los intereses de las potencias mundiales. Rusia no quiere que los suníes se extiendan en Oriente Próximo y amplíen su influencia al Cáucaso, concretamente a los rebeldes chechenos, también de confesión suní. Por eso la aviación rusa se ha implicado con los bombardeos sobre grupos insurgentes enemigos de Al Asad (de confesión chií). Turquía, se inqueta con la cuestión kurda. Miles de kurdos se han levantado en armas en Siria e Irak, lo que les ha hecho ganar adeptos entre su población en Turquía. Y en medio de todo este maremágnum, la aparición del Estado Islámico (EI, ISIS o DAESH). EEUU que venía apoyando la insurrección contra Al Asad, pierde terreno por la intervención rusa y no consigue avanzar en su lucha contra el Estado Islámico. Y en este orden de cosas podemos contar ya 300.000 muertos y cientos de miles de huidos y refugiados. Y el drama continúa.
Las grandes potencias mueven sus peones en el tablero internacional, pero ¿quién pone los muertos?
Imagen: AFP PHOTO / HO / SHAAM NEWS NETWORK
Has dado en la diana con el tema de hoy. Dos focos tan alejados geográficamente y tan distintos en principio que tienen en común más de lo que parece: la muerte de tanta gente inocente (en la mayoría de los casos) y la devastación de un país.
Las potencias juegan al ajedrez con ellas y los muertos los ponen ellos. En el aso de Colombia esperemos que todo siga así y que la solución haya por fin llegado, en el caso de Siria, es más complicado, siento no poder decir lo mismo.
Un abrazo y que tengas un gran día, el primero del mes de octubre.
Muy duro todo esto que está pasando en el mundo. Las grandes potencias velan por sus intereses sin importarles en absoluto a quién se llevan por delante. Total, son gente anónima que no les importa un bledo.
Pero ahí están familias destrozadas, sin hogar, sin presente y sin futuro.
Al menos, como dice Maravillas, lo de Colombia tiene mejor pinta. Lo de Siria... ahí yo no veo el horizonte por ningún sitio. Un país que va a quedar sin gente y en ruinas como siga así. Que ya medio lo está, la verdad.
Y una lástima, porque además de la pérdida de vidas humanas (que es lo más importante sin duda), están esos países, que con lo preciosísimos que son, están quedando reducidos a escombros.
Te he dejado comentarios también en las dos anteriores.
Bueno, el otro día te dejé más comentarios más atrás, pero no sé si los habrás visto, desde el 15 de septiembre o por ahí, te dejé mensajes. No sabría ya decirte seguro en qué días concretos.
angela.69Ayer a las 10:20
brebis2274Ayer a las 08:43
maravillas1030/10/2024
policered28/10/2024
Joaki-00725/10/2024
