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Hoy [26-03] se cumplen 20 años del fallecimiento de Miguel Ángel Peralta, Miguel Abuelo, el líder de Los abuelos de la nada, que dio la gran oportunidad a Andrés Calamaro de subir a lo más alto en Argentina.
Hoy, Andrés Calamaro escribe en Página 12 estas palabras sobre Miguel Abuelo:
Miguel Abuelo es un faro de poesía y actitud, para todos aquellos barcos (metafóricamente) que prefieran no encallar en las costas de la mediocracia, es un grifo de poesía nacional y universal, de sentido.
Miguel era gaucho agitanado, era sofisticado criollo europeísta, era batucada y existencialista funky, pero sus versos son cercanos y profundos, vitalistas y provocadores. Cuando le conocí, llegaba con anteojos culo de botella, un libro y un puñado de letras alentadoras, entre las cuales recuerdo El Gran Orinador (que reescribió, para Buen Día Día, como, la deliciosamente panamericana, Americano soy del Sur) & Mundos-in-Mundos. Musicalmente, Miguel no se sentía sujeto por el compás cuadrado de las rockas argentinas, ni del tango. Venía con el compás gitano asimilado (que es de tres y es de cuatro, porque es un compás de doce), y era capaz de cantar Se me olvidó que te olvide acompañado por sí mismo, tenía conciencia afrocubana. Nunca supe, a ciencia cierta, si realmente había estudiado los compases y las armonías, si era un intelectual o un maestro declamatorio declamador, pero sus textos no dejan lugar a dudas: tienen un valor extraordinario, están más allá del bien y del mal, pero son superlativos, podía abrazar la esperanza de su pueblo (o del mundo) y convocar a los instintos y a la picardía carnívora. Qué profundidad tenía Miguel. Fundador de la psicodelia, de corazón underground, príncipe y mendigo.... generoso líder de nosotros. Claro que los textos de Miguel tienen que estudiarse en las escuelas. Pero Miguel no dejaba de recordar a los marginales, a los adictos, a los infectados, a los presos. Yo no puedo contar mucho de Miguel Abuelo, fui testigo de su vuelta al pago, espero haber colaborado con su renacimiento y su alegría, aunque me temo que, de a ratos, su poética, reveladora y genial, haya quedado en un segundo plano, detrás de su propio invento: una sola estrella de seis puntas, una invitación a cantar y a escribir, que pidió prestado (por segunda vez) el nombre a Leopoldo Marechal: Los Abuelos de la Nada. El rito iniciático, que cumplió sin sacrificio, fue leer El Banquete de Severo Arcángelo, ése fue el examen de ingreso. Vivimos cuatro años aventureros y musicales, creo que les pusimos color al país y a la música. También creo que los textos, el canto y la persona humana, no necesitan más explicación, ni introducción, que la obra en sí misma: investiguemos y descubramos a Miguel Abuelo, que cada día canta mejor.
http://es.youtube.com/watch?v=vB6Aw3H41z0
¡Olé!
Parece que le deben muxo mérito a este señor ¿no es así?
Bueno, como en cada acontecimiento positivo amigo mío..
¡¡A CELEBRAAAAR!! XD
SaludoS.
cada vez que te leo me pregunto si en realidad no habrà algo de vecindad,
tus gustos son muy rioplatenses!!
besotes
¡¡HEEEYYYY YA ACTUALIZAAA!!
¡¡Regresa Pronto!!
SALUDOS.