var isMobileBrowser=false;
Necesitaban hablar. Sin prisas. Sin reproches, ironías, ni corazas. Simplemente hablar. Con voz cálida. Mirando el mar, ese mismo mar que una vez los había unido y en el que tantas cosas habían vivido. Compartir un café mirándose a los ojos. Cogerse las manos y sentirse el pulso. Sacar de dentro sus fantasmas, deshacer los nudos interiores, limar los desencuentros, abandonar los miedos.
Hablar, tan solo con palabras sinceras que saciarían los silencios rotos, despejarían las nubes grises y les devolvería la ilusión que perdieron por no ser capaces de encontrar un sitio donde coexistir en paz.
Si, necesitaban hablar como siempre habían hecho...Siendo verdad
Tomando un café en Ibiza