mi horizonte es una línea contínua,
sin altibajos,
pues nadie suspira
si la muerte le toma de la mano.
(J.S,)
A veces toca vivir malos momentos...
Quisiera decirte lo que oír deseas
sin que mis palabras sonasen huecas,
quisiera abrir las puertas de un mañana
que estuviera cargado de esperanzas,
quisiera que mis sueños se cumpliesen
mecidos entre tus labios sonrientes,
quisiera, amor, que nuestro amor fuera nuestro
y lo viviésemos en cada beso,
quisiera... lo que no puede ser,
aunque mucho lo queramos, mujer.
La tragedia humana está tan íntimamente ligada a la propia condición de ser humanos que causa dolor.
Es trágico que haya seres humanos, con todo lo que eso significa en materia de derechos constitucionales, capaces de causar tanto dolor a sus semejantes. un Hitler no es sustancialmente peor que un maltratador infantil; la diferencia se queda en los aspectos cuantitativos: ¿a cuántos han matado o torturado o violado o...?, pero no en lo esencial de su comportamiento.
Me expresado mi adhesión a lo que he visto en algunos flogs: no a la pornografía infantil, como el de Violemivi. Y también he querido hacerlo, pero sin poder expresarme así en su caso, en otro que se ocupaba de los niños desaparecidos en Córdoba: el de ksoyo. A todos ellos y a los que aún no conozco o he pasado por alto, mi apoyo.
La condición humana, aquello que nos hace humanos, es también la piedra que hemos de ir, como escultores, trabajando a fin de que lo mejor de nuestra naturaleza queda expuesto y visible.
En esa condición hay mucho que trabajar. Y el maltrato a los niños es una de las peores cosas que se pueden encontrar, porque nos hace semejantes a ese Saturno comiéndose a sus propios hijos: las vías posibles de desarrollo y crecimiento de nuestra esencia.
Gracias a quienes lo habéis expresado en vuestros flogs, gracias de parte de la humanidad que vive con la ilusión de ser cada vez un poco mejor. Muchas gracias.
Por encima de toda división que podamos hacer entre los políticos con arreglo a la ideología, a los principios éticos, económicos, sociales, etc que defiendan, todos participan de una misma filosofía: la sofística.
Tan vieja como la misma democracia (no en vano nació en Atenas, sobre el siglo V a.C.) ha calado en la clase política tan hondo como posteriormente lo hizo Maquiavelo.
Una de las frases clave de la sofística es "el hombre es la medida de todas las cosas" (Protágoras), con la que quiso señalar que nada es absoluto en sí mismo, sino que todo depende de la vara con que se mida y que cada cual debe usar su propia medida como patrón. Y esta medida estaba siempre puesta al interés del momento: así, un día defendían una opinión y al día siguiente la contraria. ¿Mentían o simplemente defendían que era imposible alcanzar la verdad? Como demostró Sócrates con su "solo sé que no se nada", la verdad es alcanzable, luego mentían.
Como José Blanco, el ministro portavoz del gobierno, hace con los asuntos de corrupción: si se coge a un político contrario, clama a los cielos pidiendo su dimisión e inmolación, pero si es él, vuelve a clamar, pero esta vez situándose por encima de toda duda racional y de lo que digan cuantos testimonios haya en su contra.
¡Buen sofista está hecho el ministro Blanco!
Pero no es más que uno entre tantísimos ejemplos que podría poner.
Porque, ¿qué político no hace una "lectura de la realidad" según sus intereses? ¿Y cuál no exige todas las responsabilidades habidas y por haber para los de otros partidos y ninguna para los del propio?
Al fin y al cabo, son sofistas: gente de poco fiar.
"El amigo ha de ser como el dinero, que antes de necesitarlo, se sabe el valor que tiene"
¡Qué gran verdad es esa!
¡Y cuán pocos dan fe de ser amigos de valor!
