Me gusta pensar de vez en cuando...en los segundos perdidos...que aquel día de verano terminamos paseando por ese camino de baldosas rojas y blancas...que paramos a pedir un dulce halado...y con una alegre sorisa tire de tu mano para llevarte donde se funde el mar con el horizonte...que fuimos capaces de dejarlo todo atrás...olvidranos de todo menos de nosotros dos...y fuimos descalzos hasta la orilla...donde el agua baño aquellas palabras de amor eterno...para finalmente acavar confundiendo el día con la noche...la noche con el día...y olvidar de donde venimos y quienes somos..
..Dejando solo en el recuerdo lo que sentimos....
