En respuesta al comentario que me dejó Drew Fuller ayer, acerca de la dificultad de encontrar el equilibrio:

Podemos comparar las interrelaciones sociales o interpersonales con un diseño de arquitectura, como el que muestra la foto, o con la estructura de un edificio: las verticales, es decir, los cimientos, serían los individuos que interactúan y las horizontales, las líneas de peso que los unen, las relaciones que guardan entre si.

Cada horizontal puede ser realmente horizontal, cen cuyo caso el peso se reparte por igual entre los dos pilares, o puede estar inclinada, en cuyo caso uno de los pilares queda aliviado de una parte del peso mientras que el otro queda sobrecargado.

Así ocurre con las personas. Algunas van por la vida con muy poco "peso", mientras que otras apenas si pueden moverse de lo cargadas que van.

La cuestión del equilibrio es compleja. Decía en el pic anterior que el equilibrio es un estado ideal, porque lo normal es que vivamos en el desequilibrio, soportando el peso de tantas paralelas, de tantas obligaciones, de tanto... que nos olvidamos (unos, de mucho, otros de solo un poco) de lo que somos y de los que queremos hacer. Pero, por poco que hayamos olvidado, siempre nos pasará factura al cabo del tiempo, lo mismo que un pilar sobrecargado acaba por romperse...

Pero eso no quita para que encontrar el equilibrio sea posible. Pero sería idealizarlo si pensamos que alcanzarlo es como si compras un perrito y te lo llevas a casa y sabes que siempre te estará esperando cuando llegues; no, el equilibrio se puede alcanzar momentáneamente, pero perderlo enseguida, en cuanto volvamos a hacer las mismas cosas, a tener las mismas conductas, las mismas ideas, la misma forma de pensar y de actuar que, como si fuésemos un pilar, nos sobrecargaron.

La cuestión sería alcanzar el equilibrio, sentirlo, disfrutarlo durante ese momento; y, luego, cuando lo hemos perdido, echarlo en falta, y recuperar ese momento, una y otra vez... Así llegará a hacerse, con el paso del tiempo, de mucho tiempo, una cualidad nuestra, algo propio.

¿Qué podemos hacer para hacer posible ese momento de equilibrio? Muchas cosas, cada uno según sus cualidades y gustos_ desde orar a meditar, desde hacer algo que realmente nos guste (pintar, tocar música) a disfrutar de la naturaleza o de la música hecha por otros, etc. Cualquier cosa de esas y otras muchas pueden darnos ese momento de equilibrio, aún a sabiendas que se romperá...

Pero si lo buscamos persistentemente, una y otra vez, un dia y otro después, será cada vez más nuestro, cada vez durará más.

Luego vendrá algo más difícil: ser capaces de mantenerlo mientras estamos actuando en la sociedad, sufriendo sus interacciones, sus sobrecargas..

No se si te resultará útil lo que he escrito. Completar esta materia sería muy largo, demasiado. Pero el comienzo del proceso es ese; después hay mucho por andar...