EL PAPEL DE LA EDUCACION

Todos estamos de acuerdo en que la importancia de la educación es capital. Sin embargo, el acuerdo no llega mucho más allá, ni siquiera a la hora de definir qué entendemos por educación.

Educar, del latín, "ducere", que, a su vez, viene del indoeuropeo "deuk", significa guiar,ver, por lo que, originariamente, educar significa conducir, guiar el conocimiento. Y si camos un poco más lejos, se debe guiar el conocimiento de los niños con arreglo a un fin que es su propio conocimiento como personas activas y útiles a la sociedad.

Lamentablemente, el progreso tecnológico ha ido aparejado con una merma educativa. Hoy día se trata como un trabajo de entrenamiento de la memoria: la mayor parte de las asignaturas dispensadas se basan en una síntesis del pasado (historia, literatura, etc) y no en enseñar al niño a pensar, lo cual ha llevado a la pérdida progresiva de importancia escolar que ha sufrido la filosofía.

Los objetivos de una educación debieran ser muy distintos:

Primero, hacer del hombre un ciudadano inteligente, un padre sensato y una personalidad controlada. Cada uno de estos tres objetivos (que en verdad es uno solo) es tratado actualmente por la sociedad de una forma distinta y secular.

Segundo, eliminar la brecha existente entre los diversos aspectos de la naturaleza mental humana. La mente es una y, como tal, debiera tener un funcionamiento armonioso, no por segmentos como la inteligencia emocional, etc. Estas divisiones no solo no facilitan el camino, sino que lo dificultan.

Tercero, tender un puente que conecte y armonice la vida humana en sus aspectos material y espiritual. Independientemente de los que entendamos por espiritu, psique, etc, es indudable que existe algo que se escapa de las leyes física-químicas, algo que no puede ser dejado de lado, sino integrado en el actuar humano.

Mientras que el proceso educativo no tienda hacia estos fines, el resultado del mismo seguirá siendo, como hasta la fecha, conductas problemáticas y desin