EL PRINCIPIO ANTRÓPICO

En el espacio que ocupa una cabeza de alfiler se concentraba toda la masa que matemáticamente podemos imaginarnos, y su densidad alcanzó unos límites tan gigantescos que provocó una inversión en las fuerzas actuantes y se produjo lo que conocemos como Big-bang, una explosión inmensa que causó tal cantidad de energía que, a medida que se fue enfriando, fue dando forma a la materia que conocemos...

Porque este es el universo que conocemos. No hay otro. Todas sus propiedades específicas e incluso los valores de sus constantes, ya estaban contenidos en aquella cabeza de alfiler. Este era el único universo posible, el escenario de cuanto conocemos, el escenario donde la vida no solo ha sido posible, sino que era necesaria.

Y la especie humana como culminación de la vida.

Esto es lo que se llama principio antrópico: la afirmación de que la existencia de la humanidad era necesaria a partir de las condiciones implícitas en el big-bang. Matemáticamente existe esta certeza: aquellas condiciones originales en la que todo comenzó no podían llevarnos a un universo distinto del que conocemos, ni -dentro de este- a una vida distinta de la que formamos parte.

No obstante, siempre habrá preguntas pendientes de ser planteadas y de encontrar respuestas: ¿sólo ha existido un big-bang? ¿era de todo punto imposible que se dieran varios? y, en este caso, ¿no serían posible la existencia de varios modelos de universos? ¿y que se dieran varios modelos de vida?

Las teorías de la inflación caótica y de las supercuerdas así lo apuntan. La primera afirma que vivimos dentro de una inmensa burbuja (el espacio-tiempo producido por nuestro big-bang), situada, junto con otras muchas, dentro de otra burbuja mucho mayor; y cada burbuja tienes sus propias leyes, puesto que las condiciones y valores implícitos en su origen particular no tienen que ser idénticas a las del nuestro. La segunda habla de unas dimensiones que quedan fuera de nuestra perceptibilidad.

En todo caso, no deja de ser cierto que la humanidad vive dentro del universo que necesariamente tenía que producirla a través de un proceso evolutivo que estaba grabado en el contenido de aquella cabeza de alfiler.

Y esa grabación, ¿fue azarosa? ¿o fue obra de alguna forma de inteligencia que determinó el contenido necesario de la cabeza de alfiler para que diese de sí una evolución tan maravillosa como la que estamos conociendo?