var isMobileBrowser=false;
En Cristo
Marcados Por Su Palabra Efesios 4:22-24 NVI
Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.
Aunque Dios sabe que somos pecadores, no es severo con nosotros; no obstante, sí exige que nos convirtamos y nos sometamos a él. Espera que adoptemos en nuestra vida su modo de pensar y actuar, tal como lo revelan las Sagradas Escrituras; quiere que desechemos nuestra antigua manera de pensar y vivir, y que nos convirtamos en un “nuevo hombre” cambiando nuestros pensamientos, actitudes y carácter. Dios nos dice: “Renovaos en el espíritu de vuestra mente”.
Efesios 4:23: | y renovaos en el espíritu de vuestra mente, |
Estas advertencias significan para nosotros toda una vida de crecimiento y cambio, comenzando por el cambio inicial: el arrepentimiento que Dios exige antes del bautismo. Él requiere que cambiemos nuestro corazón y nuestro rumbo en la vida.
Pablo escribió:
Romanos 8:6: | Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. |
“Debemos dejar que la Palabra revelada de Dios penetre en nuestra conciencia y cambie nuestro modo de pensar, porque ahí es donde empieza el verdadero arrepentimiento. El arrepentimiento es una decisión personal de permitir que Dios nos cambie por dentro y por fuera. Santiago dijo: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros . . .”.
Santiago 4:8: | Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. |
La misericordia de Dios es tan grande que él nos perdonará, siempre y cuando abandonemos nuestro modo equivocado de pensar y obrar:
Que abandone el malvado su camino y el perverso sus pensamientos. Que se vuelva al Señor , a nuestro Dios, que es generoso para perdonar y de él recibirá compasión. «Porque mis pensamientos no son los de ustedes ni sus caminos son los míos», afirma el Señor .
El Fruto del Arrepentimiento
Yo sé que mi Redentor vive y que al final se levantará sobre el polvo.