Los niños volvieron a protagonizar la procesión del Borriquito en Bilbao
La música, encabezada por txistularis y saetas, emocionó en la procesión de la tarde que discurrió por Begoña.
A. Atxutegi
Bilbao. Los más pequeños volvieron ayer a protagonizar la procesión del Borriquito, una de las grandes citas de la Semana Santa bilbaina. Junto a ellos, las palmas fueron otro de los grandes símbolos del recorrido más significativo del Domingo de Ramos.
El paso del Borriquito presidió la tradicional procesión que lleva su nombre, organizada por la Cofradía de la Pasión y en la que también participaron las ocho cofradías bilbainas restantes. Únicamente la Hermandad de Begoña acudió con una representación simbólica, ya que por la tarde tenían su Estación de Penitencia por el barrio de Begoña.
En un ambiente risueño, fuertemente marcado por la presencia de numerosos niños, que esperaban el paso en los Jardines de Albia, la procesión salió de la parroquia de San Vicente puntual al mediodía, para recorrer toda la zona de Abando por Ibáñez de Bilbao, Alameda Mazarredo, Gran Vía, Moyúa, Ercilla, Colón de Larreategi, Aresti, Hernao y Obispo Orueta, antes de regresar de nuevo a San Vicente.
Las filas de cofrades desfilaron acompañadas por las marchas procesionales de las bandas de cornetas y tambores de todas las cofradías, a las que este año se incorporaron también miembros de la sección de bombos y tambores de la Real Cofradía de Cristo Resucitado y Santa María de la Esperanza de Zaragoza. En total, desfilaron más de mil cofrades.
Pero sin duda fueron los más pequeños los que acapararon la atención de esta tradicional procesión, muchos de ellos desfilando en el mismo cortejo. Otros, aguardaban expectantes en las aceras el paso de las filas. La Cofradía de la Pasión, además, había propuesto a los espectadores un concurso de fotografía no sólo en esta procesión, sino en todas las que conforman la Semana Santa bilbaina. WWW.SEMANASANTABILBAINA.COM
