La Hermandad de Begoña recupera la tradición del perdón de Semana Santa, perdida hace 45 años, y logra la liberación de dos presas de Basauri
Bajarán la escalinata de la basílica de Begoña a las 8 de la tarde, calzadas con zapatos negros de tacón. Bajo los altos capirotes negros, dentro del severo hábito bicolor, caminan dos presas, dos mujeres condenadas a 10 años por un delito contra la salud pública, encarceladas en Basauri y que han sido indultadas por el Consejo de Ministros tras la intercesión de la Hermandad Penitencial de la Cofradía de Begoña. Una escena así no se producía en Euskadi desde hace 45 años.
La última vez ocurrió el 27 de marzo de 1964, de madrugada. Entonces, los pasos de la Procesión del Silencio partían de Begoña a las cinco de la mañana, en una ceremonia nocturna iluminada sólo por hachones de cera y silencio. Horas después y «al llegar a la prisión de Larrínaga, como es tradicional en este día dos presos» fueron «puestos en libertad tras breve ceremonia», podía leerse en EL CORREO de aquellos días. Pero el cierre del presidio de Larrínaga dio al traste con la antigua costumbre del indulto de presos en Bilbao... Ninguna procesión paseaba sus tronos ante la prisión de Basauri. El privilegio del indulto se perdió. Hasta este año.
Desde septiembre de 2001, cofrades de la Hermandad de Begoña han trabajado para recuperar esta tradición extinguida. Han sido siete años de presentar documentos, informes, peticiones y cartas de recomendación de hasta 16 asociaciones y entidades ante el Jefe de Asuntos de Gracia del Ministerio de Justicia.
Las gestiones dieron fruto en 2009. El pasado 13 de febrero, Justicia aprobaba dos reales decretos. En ambos se conmutaba las penas de prisión impuestas a las dos mujeres (de 10 y 9 años) por otras de seis años «a condición de que no vuelvan a cometer delito doloso en el plazo de ocho años» desde la publicación del decreto.
La ceremonia social del perdón tendrá lugar esta tarde frente a la basílica de Begoña
