var isMobileBrowser=false;
Hace unos meses, mi humana y yo nos mudamos a un piso más grande. Ella pasó dos semanas estresada llenando cajas de cartón... y yo dos semanas pasándomelo pipa escondiéndome entre ellas
Desde que nos hemos desconfinado, mi humana no deja de traer flores a casa. ¿Qué pasa? ¿No tiene suficiente belleza con la mía?
Se convierte en compañero de tus horas de soledad, melancolía y pesar. Permanece veladas enteras en tus rodillas, ronroneando satisfecho, feliz por hallarse contigo, y prescinde de la compañía de animales de su propia especie. Los gatos se complacen en el silencio, el orden y la quietud, y ningún lugar les conviene mejor que el escritorio de un hombre de letras. Es una labor muy difícil ganar el afecto de un gato; será tu amigo si siente que eres digno de su amistad, pero no tu esclavo.
Theóphile Gautier
Hoy el texto se lo agradecemos a Mariví, que nos lo dejó en comentarios ayer.