Este es un poema muy corto para lo que yo tenía en mente, porque solo llegué a plantearlo, pero nunca fui capaz de afrontar satisfactoriamente su desarrollo.

todo lo contrario que este pequeño patio interior de la Alambra, al que no le hace falta más espacio para dar cuanto debe dar, porque, si lo tuviera, la sombra tan acogedora se disiparía y su recogimiento y frescor se perderían.

Espero que el sentido de esta media docena de versos no se haya perdido:

La historia del hombre, con sus eventos,
Está encaminada
A hacer un arte del descubrimiento
De la naturaleza,
De la propia sustancia
Y de la trascendencia.

Seguro que en este patio se descubrieron muchas cosas, pero no se si más de la naturaleza, de la propia sustancia o de la trascendencia.

Estos tres motivos son universales y se va pasando de uno en otro de una manera natural, hasta que, al final, se comprende que los tres no son más que uno solo. Por razón de esta complejidad no supe acometer la tarea de desarrollarlos en toda su extensión y preferí guardar silencio.

Verdaderamente, la Alambra de Granada es un lugar singular. Dicen que está encantado y como buen testigo podría citar a Washington Irving y a sus CUENTOS DE LA ALAMBRA, porque conserva una buena dosis de lo maravilloso que tuvo en sus años dorodos; y es que, a pesar de todos los pesares, recorrer tanto Granada como la Alambra inimaginables la una sin la otra y viceversa) mueve muchas cosas, como a mi me movió a escribir estos poemas A GRANADA, los primeros de los cuales dicen así:

1.
La Alambra da su fruto por Granada:
Todas sus calles guardan su sabor,
Ese que se concentra en cada plaza
Como el jugo de los rayos del sol
Tamizados en la arábiga belleza
Que al trasluz deja entrever los misterios
Eternos de nuestra naturaleza,
Trazando un Generalife sobre el suelo
De las verdes ilusiones humanas.
Recorriendo tus jardines, los comparto;
Sumiéndome en ti, los vivo, Granada,
Como si más cosa no hubiera amado.

2.
¡Alambra,
Paredes y jardines encantados
Donde habita la magia del sentido,
Granada,
Murallas de tiempos reconquistados
Con sus sombras sostenidas en vilo!

3.
¡Oh, Castillo Rojo de Andalucía,
Baluarte de mis goces y deleites,
Gráciles sueños vividos de día
Al calor del rojo sol de poniente!

4.
¡Alcazaba de mis viejos deseos
Refugiados en tu patio de armas,
Donde se detiene el paso del tiempo
Al amparo de la Vela más alta!

5.
¡Policromo palacio nazarí,
Paredes tejidas con la emoción
Que un añejo día yo sentí
Entre sorbo y sorbo de mi pasión!

6.
¡Generalife, donde mis paseos
Tejen carnales goces y deleites,
Amores que al llegar, ya se van yendo,
Abrasados en su mutable suerte!

7.
¡Granada,
Donde cada minuto tiene un sueño
Y cada sueño cumple con su vida,
Alambra,
Donde residir es un privilegio
Y soñar va más allá de la vida!