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La protección social es un derecho humano y está sólidamente justificada desde el punto de vista económico y social. La protección social permite el acceso a la educación, la salud y la nutrición, y desempeña un papel fundamental en la lucha contra el trabajo infantil. Este año, el Día mundial contra el trabajo infantil centra la atención pública en el papel de la protección social para mantener a los niños alejados del trabajo infantil o retirarlos del mismo. En 2013, en el marco de la III Conferencia global sobre el trabajo infantil, celebrada en Brasilia, la comunidad internacional adoptó la Declaración de Brasilia, que pone de relieve la necesidad de trabajo decente para los adultos, educación gratuita, obligatoria y de calidad para todos los niños, y de protección social para todos. Haciéndose eco de esas prioridades, el Día mundial de 2014 exhorta al establecimiento de:
" Alrededor de 215 millones de niños en el mundo están involucrados en trabajo infantil. Gran parte de este trabajo es peligroso, arriesgado o hasta nocivo para su salud y para su vida futura. Los niños en todo el mundo deberían tener la posibilidad de vivir una infancia verdadera, deberían jugar, aprender en la escuela y soñar un porvenir más prometedor ".