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Dice mi padre que acertar una quiniela de 14 resulta muy complicado, pero que no acertar ni un solo pronóstico también tiene su mérito. A modo de símil, perder todos los partidos jugados en un torneo podría considerarse como algo extraordinario. Llegamos, vimos, perdimos. Correr, corrimos, pero posiblemente no en la dirección correcta.
15/04/2017