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Entre el 30 de enero y el 4 de febrero de 2023 la Corporación Nacional Forestal (Conaf), la Fundación MERI y guías locales de Toconao y Peine realizaron el más reciente censo de flamencos altoandinos en la Reserva Nacional Flamencos y sus sectores aledaños, en la región de Antofagasta.
El trabajo se enfocó en las rutas Alto Loa, Sico, Jama, Salar de Atacama y la zona de los géisers del Tatio.
En estas zonas se ubican los sitios de reproducción y alimentación que concentran a la población de flamencos, una especie “amenazada” según el Ministerio de Medio Ambiente.
Los resultados del conteo se oficializarán una vez que esta misma cartera consolide los datos.
En nuestro país viven tres de las seis especies de flamencos del mundo.
Según cifras de Conaf, en 2022, en la Reserva Los Flamencos y sus inmediaciones había 3.998 ejemplares James, 3.326 andinos y 243 chilenos.
En total, hasta el momento, en la macrozona norte de Chile habitan 39.535 de estas aves.
Los James, andinos y chilenos se alimentan, reproducen y encuentran refugio en los salares, lagos y lagunas andinas, rodeados de montañas donde las temperaturas son extremas.
Pero los flamencos están adaptados a ese clima y sus plumas son el aislante ideal para soportar cambios bruscos de temperatura entre día y noche.
Según la Fundación MERI las lagunas altoandinas son más profundas y no tienen una concentración de sales tan elevada en comparación a los salares, a lo que se suma que la biodiversidad de plantas y aves es mayor.
A la hora de la anidación, una pareja de flamencos construye un nido de barro con una forma de volcán. La hembra pone un solo huevo y luego de 30 días eclosiona el polluelo.
Luego que las crías rompen el cascarón están alrededor de dos semanas en el nido de barro y cuando son lo suficientemente fuertes se reúnen con las demás crías en grupos enormes, formando “guarderías”.
Finalmente los flamencos alimentan a las crías con leche de buche, una mezcla semidigerida de microalgas e invertebrados, lo que forma una sustancia líquida de color rojo parecido a la sangre.
La visión de los flamencos en los humedales es siempre una estampa preciosa.
Saludos.