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Habíamos visitado los Museos Vaticanos y también la Capilla Sixtina, que bien merecía haberle dedicado una actualización, pero al no permitir sacar fotos no podía documentarla con ninguna imagen. Si diremos que un lugar de tamaño reducido (uno se la imaginaba más grande), pero su contenido artístico es inimaginable. El Papa Julio II, encargó a Miguel Ángel la decoración de esta capilla. La parte central la componen una selección de escenas del Antiguo Testamento: La creación del mundo, La creación de Adán y Eva, El pecado original, El sacrificio de Noé, El Diluvio y, por último, La ebriedad de Noé, que representa la expresión más vil del ser humano contaminado por el pecado. En ambos lados, conectando con los frescos de los muros laterales, aparecen representaciones de las Sibilas y los Profetas, que flanquean la bóveda como precursores de la llegada del Mesías. Los ángulos, ocupados por las pechinas, contienen escenas de los milagros de la salvación de Israel que prefiguran la venida de Cristo. En fin, que nos sentamos para poder elevar la vista al techo y contemplar despaciosa y detenidamente esta maravilla.
Llegamos a San Pedro en la tarde del sábado, cuando el sol parece recrearse sobre la cúpula de la Basílica, lo que dificulta grandemente poder obtener una buena imagen. Y hacemos esa cola que siempre hay que hacer para entrar en el interior de la Basílica.
Se levantó en el siglo XVI, dirigiendo las obras sucesivamente, Rafael Sanzio, Antonio da Sangallo el Joven y Miguel Ángel. Las terminarían Domingo Fontana y Jacobo de la Porta. El papa Pablo V decide prolongar la iglesia hacia el frente con el arquitecto Carlo Maderno, transformando la planta en cruz griega de Bramante en una planta en cruz latina, tradicional de las iglesias de Occidente.
Pero será en nuestra próxima actualización cuando comentemos lo visto en el interior.
Imagen: En el interior de la Basílica, ante el Baldaquino de Bernini, esa especie de enorme palio realizado en bronce del Panteón, que es el lugar donde San Pedro se encuentra enterrado.
Mira que no me considero una persona religiosa, pero debo admitir que algunas capillas me fascinan en como están decoradas, se nota el empeño que le hicieron en su época.
Una crónica extraordinaria la que nos has regalado sobre tu visita a la Capilla Sixtina. Es una penita que esté tan masificada y que no se pueda disfrutar de ella como debería ser por culpa del gentío.
En cambio en esta foto no se ve a nadie más que a ti lo cual no es tarea fácil.
Un abrazo.
angela.70Hoy a las 11:18
maravillas10Hoy a las 10:08
gkane13/06/2025
Joaki-00712/06/2025
larocuky08/06/2025