miarroba
Niña De Liverpool en 'Of Time and the City'

   No me suele salir bien el dibujar niños: las proporciones son más cortas, y tiendo a alargarlos sin querer, haciéndolos mayores. Pero de vez en cuando me pica la curiosidad y lo vuelvo a intentar. En esta ocasión, usé una foto de un documental de 2007, Of Time and The City, del director británico Terence Davies, que habla de la ciudad de Liverpool. He aprovechado la imagen de un dossier escrito sobre la carrera de dicho director en el número de enero de la revista de cine Dirigido Por.


   No he visto ninguna película de éste director, así que no sé cómo estará, pero me gustó la foto. Es sólo una niña, en una calle, tal vez una plaza ó un parque; la postura es muy sencilla, eso me permitió centrarme en las proporciones (en su caso, una altura de 3 cabezas y media). Hice el dibujo en la libreta apaisada, a tamaño cuartilla.

   Para no confundir su figura con las del fondo, que además están poco definidas, Me limite a usar el color de la acuarela en la niña y en unas baldosas grandes en el primer término. El resto, es una aguada de tinta china de Pelikan. Eso hace que sea más suave, ya que esta tinta no da negros profundos.

   Una cosa curiosa es que la zona de sombra del suelo en la foto era la más iluminada; pero cometí el error de empezar por esa zona, y calculé mál la cantidad de tinta. Como no quería hacerlo más oscuro de la cuenta, dejé el resto más claro.  

   Y quería hacer su ojo más fino, pero me equivoqué de pincel y pillé uno fino, pero sin punta. En fin, al menos está en su sitio. Y pude hacerla proporcionada. A veces acierto.



   Y si queréis echar un vistazo al otro blog, sigo subiendo cosas. La última, aquí abajo:
 
https://periplosporelparamo.blogspot.com/2024/04/pollito-infernal.html

   Hasta la próxima. Nos vemos.

014
Spencer Tracy en La Aventura del Plymouth

 Primero me pongo la tirita, ¿vale? Siempre digo que, en cuestión de retratos, hay dos cosas a tener en cuenta: parecido y actitud. Conseguir las dos cosas al mismo tiempo es difícil, en ocasiones; por mucho que se trabaje, a veces no acierto. Normalmente, trato de que se mantenga la actitud, la expresión; porque si eso falla, al rostro le falta carácter. Ya está, tirita puesta. La expresión del actor la clavé, creo, pero su parecido físico se acerca más a Danny Kaye. O a Harpo Marx.


   La foto de modelo la extraje del número de enero de Dirigido Por de Diciembre del año pasado, de un estudio monográfico dedicado a la labor de Clarence Brown, un director de la época clásica de Hollywood. Pertenece a La Aventura del Plymouth, su última película. Está ambientada en la época de los Peregrinos puritanos que fueron de Inglaterra al actual Estados Unidos en el Mayflower, pero en la práctica es más la historia de un triángulo amoroso, según su resumen. Tengo el recuerdo borroso de haberla visto en la tele hace mucho tiempo; pero si me fio de la reseña, no me debí de enterar de nada entonces. Me limité a ver unos cuantos buenos actores.


   El dibujo lo hice en la libreta japonesa, así que es a tamaño a5. Usé pinceles del 2 para tinta china y de 2 y de 10 para aguada. El actor está al timón del barco, con la mirada en la lejanía. La chaqueta tenía tantos pliegos en las mangas, que me temo que lo hice algo más corpulento de lo que le tocaba.


   Me interesaba hacer un retrato de Spencer Tracy;  no necesariamente de esta película, pero ya que estaba a mano, adelante. Mi primer recuerdo  de este actor es el de Manuel el Portugués, personaje de Capitanes Intrépidos, que ayuda a madurar a un niño rico enseñándole la vida en la mar. Cuando al final leí la novela original de Rudyard Kipling y vi que el final de Manuel no era el mismo, me sentí un poco estafado. La novela sigue siendo buena, pero ya es otra cosa. En fin, Hollywood..
 

   Quedo pendiente de hacer otro retrato suyo en un futuro, a ver si lo manejo mejor. El rostro de  Spencer Tracy se me asemeja a una roca: machacado por los elementos, pero a pesar de ello firme. La pinta de alguien cabal, no sé si me explico.




011
Chisqueru

 Parece que no puedo hacer ningún tipo de afirmación en lo que a respecta el funcionamiento de mis blogs: cuando creo tener un método a seguir, la realidad hace de la suyas. Mi intención era que un blog tuviese más frecuencia que otra, concretamente el de Blogger, y me estoy dando cuenta que la mayoría de la gente ha vuelto a Miarroba. Así que... nada de frases categóricas. Subiré cuanto buenamente pueda en ambos sitios, y tratando de mantener una regularidad. El tiempo dirá si lo consigo... porque lo que es yo, cuanto más sé menos conozco. Y seguimos:

 

   El chisqueru, chisquero ó encendedor de mecha es un instrumento relativamente sencillo; una rosca, piedra de encendedor y mecha. Todavía se vende, al menos online, pero imagino que es como los discos de vinilo: una rareza. Éste en concreto creo recordar que era de mi padre. Se habría quedado sin pìedra e iba a tirarlo, y lo pillé por mi cuenta, para guardarlo. Apenas funciona, pero me gusta tener las herramientas de mi padre, aunque sólo sea por una razón sentimental (Y por una manía coleccionista, he de admitirlo).

   El dibujo está hecho en la libretilla de cuero, la de papel artesanal, He vuelto a usar la plumilla Ibis que utilicé en el dibujo de la gatita (en el otro blog, echadle un vistazo), con tinta china de Pelikán. La verdad es que usar cualquier instrumento de dibujo que tenga una punta rígida es un riesgo en éste tipo de papel: no sólo tiene cierta rugosidad y poca consistencia, también se corre el riesgo de deshacer partes del papel si se hacen demasiadas líneas. Las líneas por detrás del chisqueru son de la veta de la mesa de dibujo, de pino.

024
Un extra de "Mi Hermana Elena"

   Lo dije en el otro blog: voy a intentar mantener una rutina de dos actualizaciones al mes aquí, y cuatro en Blogger. Para los que actualizáis a diario os sonará a chiste, pero intento mantener una disciplina regular. A ver si lo consigo a lo largo de este año.    



   Vamos por el principio: ninguna de mis hermanas se llama Elena. Mi Hermana Elena es un musical de 1955, dirigido por Richard Quine. Si alguien está al tanto de comedias y musicales clásicos, Quine es más conocido por 'Me enamoré de una bruja" ó "Cómo matar a la propia esposa". Éstas dos últimas sé seguro que las vi en algún momento en la tele, pero las tengo medio borrosas. Recuerdo que la de la bruja estaba bien (aparecían allí Kim Novak, Jack Lemmon y James Stewart ¿cómo iba a estar mal?), pero sin detalles.

   La foto de modelo venía de un estudio monográfico sobre la carrera de Richard Quine, aparecido en el número de Febrero de la revista Dirigido Por. No sé, desde hace tiempo parece que leo más sobre cine en vez de ver las propias películas. Con las adaptaciones me pasa parecido, acabo fijándome la mayor parte de las veces más en el libro en que están basadas que en las propias películas. Rarezas mías. Parafraseando al anuncio de la BMW: "me gusta leer". Cierro paréntesis, y sigo.

   La imagen que elegí era una de las tres que pertenecían a dicho musical. En ella, aparecia Janet Leigh como Eileen (la Elena del título) hablando con un barman en algo que parecía un drugstore de la época: uno de esos locales mitad almacen, mitad bar. En vez de elegir a Eileen como  modelo, me decidí por el personaje de al lado, que parecía algún tipo de viajante, y leía algo mientras comía; no debía de ser más que un extra en la escena, pero me gustaba la pose.
       
   Hice el dibujo en una libreta moleskine estrecha (unos 13x21 cm), en un hueco que me dejaron unos apuntes. El boceto lo hice con un  lápiz Blackwing XIX, y el sombreado fue con un grafito Cretacolor de 6b. Me quedó una barbilla rara, al hacer las arrugas de los pómulos demasiado caídas. Pero bueno, tampoco es mi peor esbozo.

024
La lechuza del profesor


    Tuve tres profesores de dibujo. Del primero no recuerdo su nombre, dio un curso de verano en el Museo Evaristo Valle cuando aún iba al Instituto. El tercero fue Roberto Crespo Joglar, que tenía su estudio enfrente de lo que era el Cine Albéniz; lleva tiempo retirado y no se nada de él (el enlace que encontré es lo más reciente que sé de él). Pero ahora voy a hablar del segundo: Diego Fernández Columé.

   Cuando lo conocí, yo estudiaba música aún (la dejé antes de finalizar BUP). El , por su parte era profesor auxiliar de la escuela de música que había entonces en el Instituto Viejo de Jovellanos, y que posteriormente pasó a la Universidad Laboral, convertida en Conservatorio. También era, y es,  pintor (y bueno, picad en el enlace). Aún estaba soltero y daba clases particulares de música, dibujo y pintura en su casa de entonces, un ático cercano entre San Bernardo y la Calle del Instituto.     

   Cuando tuve que dejar sus clases, tuvo la generosidad de no cobrarme sus últimas clases; a cambio, me hizo comprar con ese dinero una enciclopedia de pintura de Parramón, que me fue muy útil cuando recuperé el gusto de dibujar, y que aún conservo. Y me dio la figurita de una lechuza, que tenía rondando por casa. Es un bonito recuerdo.

   La figura, de unos 11 cm de altura, es de barro cocido policromado: vistosa y bonita, pero no encontré un sitio donde colocarla de modo seguro, así que la guardé en una caja y ahí se quedó durante... dos ó tres décadas, no estoy seguro. Revisando las cajas del trastero, la  reencontré y decidí que podía hacerle un dibujo. La llevé a casa, pero tardé unas semanas en ponerme a ello... y ahí cometí el error.

   Dejé la figura dentro de un armario, estaba segura; pero tuve que coger un par de cosas para el Belén por Navidades, tropecé y se me cayó desde una altura de casí 2 metros.
Rompió el pedestal formado por los dos libros y una pica de la cabeza.  Lo que no pasó en media vida, sucedió en 2 segundos. Gasté medio tubo de Supergen para restaurarla, y pude finalmente dibujarla. Después de esto, se queda otra vez en la caja, sí o sí.


   El dibujo es a acuarela en tamaño a6, sobre papel hanji. El acabado es más rugoso que en otros dibujos. Como ya voy por la segunda mitad del cuadernillo, me imagino que el papel tiene un lado rugoso, y otro liso, que es el que más me gusta. En el próximo que haga de esta libretilla, hare la prueba dibujando en el lado opueso del papel.

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