Biblioteca de Alejandría

Alejandro Magno después de derrotar al persa Darío III, funda en el 331 a.C. la ciudad que lleva su nombre. Su sucesor Ptolomeo I Soter mandó construir en ella el gran palacio que serviría de alojamiento a toda la dinastía ptolomeica. Al otro lado del jardín se levantó otro gran monumento conocido desde el principio con el nombre de Museo. Le llamaron así por considerarlo el gran centro de la sabiduría, concebido como un santuario consagrado a las Musas, que eran las diosas de las artes y de las ciencias. El Museo comprendía: observatorio astronómico, jardín botánico, zoológico y biblioteca. Pero sería la biblioteca la que alcanzaría mayor prestigio y desarrollo. Sus fondos, según se dice pudieron alcanzar los setecientos mil volúmenes literarios, académicos y religiosos y en ella se documentaron los más conocidos eruditos e investigadores alejandrinos. 

Fue incendiada accidentalmente por Julio César en el año 48 a. C., durante la segunda guerra civil de la República romana, perdiendo buena parte de sus fondos.  Se sabe, por ejemplo, que allí existían 123 obras teatrales del escritor griego Sófocles de las cuales sobrevivieron 7; una de las supervivientes es Edipo Rey. No obstante, parece que sobrevivió hasta el siglo III d.C. cuando una sucesión de  episodios violentos pondría fin a la ya de por sí deteriorada biblioteca.

Con la intención de reparar, en la medida de lo posible, aquel desastre histórico, una campaña de la UNESCO con financiación internacional hizo posible que en el año 2002 abriera sus puertas la nueva Bibliotheca Alexandrina. Fue diseñada por por los arquitectos noruegos del estudio de Snohetta. Gracias a la combinación de vidrio y aluminio, puede controlar y proyectar rayos de luz hacia el Mediterráneo, en conmemoración del histórico Faro de Alejandría. La pared exterior fue hecha con granito de Asuán, y decorada con bajorrelieves caligráficos en un gran número de lenguas diferentes. Dispone de una superficie de 36.770 metros cuadrados con una altura de 33 metros. Consta de once niveles, de los cuales cuatro se hallan por debajo del nivel de la calle.

Con ocho millones de libros, y miles de manuscritos, grabaciones de música y material audiovisual, el complejo de salas de lectura, museos especializados, galerías de exposición y centro de congresos es el astro que irradia la revitalización del espíritu de la ciudad.

Imagen de David Stanley. Bibliotheca Alexandrina