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Todos guardamos en la memoria la imagen del Valle del Jerte en primavera cuando florece el cerezo. Pero es igualmente interesante su imagen otoñal. El árbol que marca la vida y ritmo de la comarca ofrece un espectáculo natural muy alejado de su blanco primaveral antes de caer en su sueño de invierno. Pasará del verde al amarillo, después al ocre, al rojo, al marrón.... y finalmente cubrirá el suelo del bosque cerezal de una alfombra de hojas.
Desde las cumbres de más de 2.000 m. hasta el fondo del Valle, la comarca se transforma cada otoño en un lienzo sorprendente que invita a ser descubierto y disfrutado a pie, en bicicleta de montaña, a caballo...
Saltos de agua, arroyos, piscinas naturales, alimentando bosques cadufolios y de ribera, piornales serranos y pastizales alpinos. La diferencia de alturas posibilita la existencia de pequeños microclimas, proporcionando refugio, entre otros, al gato montés, la gineta, la nutria, la cabra montesa y el extraño desmán, un mamífero de costumbres acuáticas muy difícil de ver.
Imagen: Manuel Moreno Iglesias. "Camino de ocres"
buenas noches mi querido Fernan, paso a saludarte y desearte una feliz noche y finde, con el cariño de siempre, besitos.
Pues sí, la verdad es que el otoño deja paisajes y estampas la mar de bonitas en cualquier lugar. No he estado nunca en el Valle del Jerte, es algo que tengo ahí en mente desde hace tiempo. Y la verdad, siempre he querido verlo en el momento que queremos verlo todos jaja cuando sus cerezos están en pleno apogeo, pero no creas... el rollo otoñal también tiene todo su encanto.
A decir verdad, el otoño es mi estación favorita del año.
maravillas10Hace 17 minutos
Joaki-007Hoy a las 18:58
angela.70Ayer a las 14:24
mebarak198118/06/2025
gkane13/06/2025