Isabel de Hungría

En el personaje histórico de Isabel de Hungría, encontramos una vida corta, pero muy intensa, con todas las peculiaridades de la época (primer tercio del siglo XIII). Hija del rey Andrés II de Hungría, dueño de gran fortuna, y de Gertrudis de Andechs-Merania, a los 14 años contrae matrimonio concertado con Luis, príncipe de Turingia. No  obstante, resulta un matrimonio bien avenido y siendo Isabel una persona de naturaleza generosa y caritativa a Luis no le preocupaba demasiado el reparto de su riqueza entre los pobres que Isabel solía llevar a cabo, defendiéndola, incluso, de las críticas que caían sobre ella. Tuvieron tres hijos: Sofía (duquesa consorte de Bravante), Gertrudis (abadesa de las canonesas de Wetzlar y beata) y Hermann, que murió en 1241.

Castillo de Wartbug, en Turingia

Teniendo solo 20 años Isabel queda viuda. al morir su marido contagiado de la peste cuando marchaba a las Cruzadas junto al Emperador Federico II. Con el pretexto de que dilapidaba la fortuna su cuñado Enrique Raspe la expulsó de la corte. Llevó entonces durante un tiempo una vida modesta, alojada en una pequeña vivienda construida en la ribera del río, y continuó socorriendo a los pobres con el fruto de su trabajo: costura e hilado. Cuando sus hermanos le restituyeron la dote, se estableció en Marburgo.

Fue artífice de dos hospitales, en uno de los cuales, abierto en su castillo, procuró atención cotidiana a centenares de indigentes; el otro lo mandó erigir en la colina de Wartburg. En 1228, año en que tomó el hábito gris de los penitentes en la capilla de los franciscanos de Eisenach, impulsó un tercer hospital en Marburgo y allí sirvió a los enfermos, muchos de los cuales estaban aquejados de graves úlceras; lo hizo sin temer al contagio.

Isabel de Hungría murió con solo 24 años, en la madrugada del 17 de noviembre de 1231 (se cumplen hoy 791 años), presa de altas fiebres. Tal era su fama de santidad que solo cuatro años más tarde, en 1235, fue canonizada por el Papa Gregorio IX, ante la presencia de miles de fieles, entre ellos, el emperador Federico II. Es patrona de las Terciarias Franciscanas.

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