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La flecha disparada por la ballesta precisa de Guillermo Tell parte en dos la manzana que está a punto de caer sobre la cabeza de Newton. Eva toma una mitad y le ofrece la otra a su consorte para regocijo de la serpiente. Es así como nunca llega a formularse la ley de gravedad.
Texto: Ana María Shua (Buenos Aires, 1951)
Es genial, me encanta esta nueva teoría de la no-gravedad.... todo es cuestión de "relato" tal y como se nos dice ahora hasta la saciedad.
Un abrazo y buenas noches, amigo.
Interesante Texto
Gracias Por el Triple Like
astur_82Ayer a las 22:03
06/05/2024
JohnyDyn06/05/2024
AMeiga05/05/2024
Joaki-00705/05/2024