Objetivo: la población civil

El 7 de septiembre de 1940, trescientos bombarderos de la Luffwaffe, escoltados por seiscientos cazas, dejaron caer sus mortíferas cargas sobre la ciudad de Londres. Fue el primero de una campaña de bombardeos que se extendió hasta mayo de 1941 y que ocasionó más de 40.000 muertos entre la población civil y una cifra indeterminada de heridos. 

Si aquello fue obra de la mente genocida de Hitler, ahora otra mente genocida, la de Putin, ha iniciado una serie de ataques con drones sobre Kiev. El pasado lunes 17 de octubre de 2022, olas de drones suicidas de origen iraní cargados de explosivos golpearon la capital de Ucrania, mientras las familias se preparaban para comenzar las tareas de la semana. Aunque las defensas consiguieron neutralizar 26 de los 37 drones Shahed-136, las explosiones resonaron en pleno centro de Kiev, destruyendo edificios y enviando a la población a los refugios.

Información de última hora señala que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha hablado de la posibilidad de que se produzca un apocalipsis nuclear en caso de que Rusia use bombas nucleares en la guerra de Ucrania. Y como la prevención es la mejor curación, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU ha encargado un medicamento contra la radicación, llamado Nplate, que se utiliza para “emergencias radiológicas o nucleares”.

Solo nos queda rezar.

Imagen:  Associated Press (AP)