Obsolescencia

Ayer martes, fuí a mi apartamente de Islas Menores, para limpiarlo y prepararlo ante mi inmediato traslado a esta localidad veraniega. Y me enteré que numerosos vecinos al abrir sus pisos se encontraban con que no podían ver la tele. ¿Qué había pasado?. Pues sencillamente, que el obligado paso a la emisión en HD, ha dejado obsoletos muchos televisores que aún funcionaban a satisfacción. 

Coincidiendo con el festival de arte alternativo "MuchoMásMayo", estuvo abierta una exposición en el Centro Cultural Luzzy de Cartagena, titulada "Estás Obsoleta" calificada como "work in progress", y surgida de la colaboración de Rakel Meyers (artworks) y Salvi Vivancos (curator), donde han reunido  distintos equipos domésticos obsoletos que de una manera u otra han quedado inutilizados por el frenético ritmo de los avances tecnológicos y los hábitos de consumo de la sociedad. 

En palabras de Rakel Meyers, "la relación que establecemos con la tecnología se parece más bien a la de un parásito que genera toneladas de basura electrónica gracias a la obsolescencia".

Añadamos, además, los efectos de la llamada "obsolescencia programada", una idea "genial" que tuvo en 1932, Bernard London, agente inmobiliario, quien la propuso en su informe “Ending the depression through planned obsolescence” con el fin de evitar una crisis económica como la del crac del 29. 

Recordemos la famosa anécdota de la bombilla que lleva más de 100 años brillando en el Parque de Bomberos de Livermore (California), la obsolescencia percibida se basa en la idea de que si todas las bombillas que compramos duran más de 100 años, los fabricantes se quedarían sin compradores y la industria quebraría, dejando de haber bombillas disponibles para nuevas necesidades. Por lo que vender bombillas con un tiempo de vida útil programado, obligaba a que se tuvieran que comprar más bombillas manteniendo un compromiso de oferta-demanda más beneficioso para la política económica, aunque en perjuicio del usuario.