Procesión de las Antorchas

La intensa jornada del día 7 de Diciembre de 2017 no ha terminado. Desde Leiría regresamos a nuestro hotel en Fátima y tras la cena nos acercamos al Santuario para vivir una ceremonia intensa: la celebración litúrgica de esta Vigilia de la Inmaculada y la conocida procesión de las antorchas. La ceremonia se inicia en la Capilla de las Apariciones. Lenta pero incesantemente van llegando personas que se hacen presentes en este año que se conmemora el centenario de las apariciones. Estimo que unas 5.000 personas participan en el ritual.

AVE MARIA. Las oraciones se van desgranando en distintas lenguas: portugués, castellano, latín, inglés, francés, alemán, tagalo……, pero perfectamente inteligibles, pues “todos los oímos proclamar las maravillas de Dios en nuestras propias lenguas” (Hechos, 2,11). En el silencio de la noche la comunión se va perfeccionando.

GRATIA PLENA. El ángel de la anunciación la reconoció como “La llena de gracia”. El don de Dios estaba con ella. María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mi según tu palabra» (Lc 1,38). La imagen de la Virgen de Fátima sale de la Capilla, seguida de todos los fieles con las velas encendidas. Es la “procesión de las antorchas”

LUX MUNDI. “Yo soy la luz del mundo” (Jn, 8,12). Miles de antorchas que evocan la luz de Cristo. En un mundo lleno de turbulencias las apariciones de Fátima nos devuelven la luz de la esperanza, la luz del amor, la luz de la paz.

ORA PRO NOBIS PECCATORIBUS. La procesión llega a la Basílica de la Santísima Trinidad. La liturgia se llena de cánticos. Las palabras se embellecen, se hacen oración, se hacen canto para expresar el sentimiento de pequeñez ante la inmensidad de lo divino. Somos pecadores implorando el perdón de Dios. Somos peregrinos que encendemos la antorcha buscando su gracia.

SANCTA MARIA, MATER DEI. María es el ejemplo en su humildad, en su disposición, en su seguimiento de Dios. La celebración se extiende hasta cerca de tres horas. Las velas se consumen mientras el espíritu se eleva. La vigilia de la Inmaculada en Fátima concluye con los corazones henchidos de amor.

Imagen propia: Velas en Fátima